Tu amiga anda cachonda
Fecha: 19/03/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: cocoliso, Fuente: CuentoRelatos
Entré a un establecimiento donde trabaja el esposo de la que fue mi mejor amiga, el muy amable me recibió y mientras me despachaba se originó una larga plática en el que ella salió al tema, y mientras él hablaba, bla, bla, bla, mi mente bloqueó su plática, deje de escucharlo y comencé a imaginar una especie de película en la que recordaba momentos muy alegres que pasé con ella, cuando nos conocimos, el trabajo, las risas, la confianza que nos teníamos, lo mucho que convivimos y… el sexo obviamente.
Este es uno de una serie capítulos donde iré relatando mis momentos y encuentros calientes con quién fue mi mejor amiga. Estos relatos no llevarán un orden cronológico, los iré contando según recuerde.
Era un lunes 1° de mayo las 3: 30 de la tarde, a mi celular llega un mensaje de WhatsApp, era ella, antes de abrirlo mi sonrisa no se hizo esperar, sabía que por el horario era probable que me pidiera vernos.
- Amigui, ¿ahí estás?
- Si, estoy en mi casa, que onda.
- Tu amiga anda cachonda jajaja.
- Va, tu dime a qué hora.
- En media hora, voy en carretera.
- Okey, ahí nos vemos.
- Traes todo ehh.
- Claro, la mochila con todo nuestro "kit" siempre está en la cajuela de mi coche.
Ese ”kit” comprendía condones, toallitas limpiadoras, un baby doll y tanga color verde que a veces me modelaba, un trapo para no manchar donde lo hiciéramos o para limpiar, una botella de agua y una bala vibradora que cuando se le antojaba ella la usaba.
Llegué, me ...
... estacioné afuera de su casa, ella aun no llegaba así que me puse a ver películas porno en el teléfono para ir calentando motores. Cinco minutos más y llegó, nos saludamos y entramos. Era nuestro sexto encuentro sexual (aún sin penetración), pero el segundo en su casa que no habitaba ya que la estaba amueblando para próximamente mudarse ahí. Ella eligió estar en la sala, solo que el mueble al ser nuevo se encontraba envuelto en plásticos y cartón, así que se los tuvimos que retirar, pero solo al sofá, el más largo que era de color beige.
Nos desnudamos y me dijo que primero iba yo, que me acostara a lo largo del sillón reposando mi cabeza en los cojines de igual color beige y otros similares con figuras negras. Ella se hincó por un lado del mueble y comenzó a chupármela, y como en veces anteriores me dejó tomar fotos y grabar video de lo que hacíamos, sin pedir permiso tomé el teléfono celular y comencé a hacer de esa escena una película. En la pantalla se veía a una mujer de pelo castaño devorando una verga muy parada, ella subía y bajaba su cabeza como si su boca masturbara con sus labios ese miembro. Al levantar la mirada se ríe y trata de tapar el lente de la cámara.
- ¡Míralo!, ¿qué haces?
- Déjame tomar una foto, ¿va?
- Bueno, pero solo una foto.
Obviamente yo no iba a dejar de seguir grabando, así que ella al estar “trabajando” con los ojos cerrados no sabía que yo continuaba de camarógrafo y actor. Y se volvió a detener, a sonreír e insistir:
- ¡Míralo!, que ...