Perra Cobarde 1 - Relatos Eróticos

Perra Cobarde 1

... tenía que hacer.

Me dirigí al baño, cogí la palangana y mientras grababa me mee dentro de ella. Luego, en la bañera, derrame todo su contenido por encima de mi cabeza y de mi boca.

Y le mandé el vídeo.

Pasaron horas hasta que respondió.

Durante ese tiempo yo no tuve el valor de moverme del baño ni de limpiarme.

Estuve sola acompañada de mi soledad, mi ansiedad y el hedor asqueroso que impregnaba todo mi cuerpo.

“No vuelvas a desobedecerme”

“No mi señor, no lo haré. Y gracias por todo esto”

“¿Te has vuelto a mear o cagar desde esta mañana?”

“Ya sabe que no lo tengo permitido si no tengo tu permiso”

Porque sí, durante nuestras conversaciones le aseguré que deseaba un control absoluto sobre toda mi vida y todas mis acciones.

Quería su permiso para comer, mear, cagar, dormir…

“¿Y necesitas hacer algo?”

Sí, cagar.

Escribir que deseaba cagar en el whatsApp es la experiencia más humillante que había tenido hasta ese momento en mi vida.

“Hazlo en tu cuarto, en el suelo. Como es tu primera vez no hace falta que me lo muestres.”

“No, mi señor. Yo deseo que me vea”

Le llame.

Y me lo cogió.

Me ...

... dirigí a mi cuarto, me coloqué de cuclillas y apreté para ir de vientre mientras el teléfono me miraba.

“Ahora mete la mano en la mierda y escríbete perra cobarde en tu vientre y tus muslos”

“Sí amo, lo haré”

Sin dudarlo metí mi mano en la mierda que tenía delante de mí y comencé a rebozarla sobre mi propio cuerpo.

“Límpiate los dedos con la boca”

Era mi primera vez probando la mierda. La orina ya la había probado sola. Y ahora mientras el teléfono me miraba metí mis dedos pringados de caca en mi boca.

Ahora sabía lo que vendría.

“Adelante golosa, puedes hacerlo. A cuatro patas, sin usar las manos. Y pringate el pelo de mierda también antes de empezar.”

“Sí amo”

Cogí un poco de mi propia mierda con las manos y me la rebocé por el pelo. A continuación, y tal y como me había ordenado mi amo, me coloqué encima de ella y comencé a darle bocados hasta que la terminé, hasta que no quedó nada.

“Masturbate para mí”

Sí, donde había cagado, completamente sucia y maloliente, comencé a frotarme.

Llevaba una semana sin hacerlo y me corrí como una fuente cuando mi amo me dio permiso.

El mejor orgasmo de toda mi puta vida.