1. Con Arturo lejos de casa


    Fecha: 06/04/2024, Categorías: Bisexuales Autor: esrkytorazul, Fuente: CuentoRelatos

    ... tímida erección casi instantánea. Deseaba otra vez tener sexo con él, pero era mejor esperar un poco más tarde a que Arturo despertara. Aun había algo de tiempo antes de tener que irnos a trabajar. Miré mi teléfono celular y faltaba poco más de media hora para que la alarma de las seis y treinta sonara.
    
    Todo esto había iniciado la noche anterior cuando ya agotados del largo día laboral llegamos al hotel después de cenar tamales en un comedero callejero. Subíamos las escaleras para irnos a las respectivas habitaciones. Estando yo en la puerta de mi habitación, Arturo, que siguió caminando para abrir la puerta de la suya, me sugirió que viéramos el partido de futbol juntos que iban a pasar esa noche del cual habíamos hablado a ratos y con entusiasmo durante el día de trabajo. Me pareció una buena idea, a pesar de que él y yo apenas si nos habíamos conocido un poco durante ese día. De todos modos, ese juego lo pensaba yo mirar en mi habitación a solas. Mas divertido era, verlo con otro fan.
    
    Tomé una ducha relajante en mi habitación, hablé un rato con mi mujer para reportarme y ponernos al día. Muy raras veces tenía yo que irme a trabajar lejos de casa. Era esta la tercera vez, si mal no recordaba, en cinco años y medio que llevaba yo laborando en la misma compañía. Me puse ropa limpia y fresca, y salí a una tienda justo frente al hotel. Compré algunos pasabocas y una paca de doce cervezas bien heladas. Ni idea si Arturo bebía o no, pero para mí, ver futbol en compañía ...
    ... sin cervezas era como ir a una fiesta sin música.
    
    Toqué su puerta blanca nácar. Arturo me abrió y su rostro se ilumino al verme llegar con cervezas y pasabocas. Se echó a reír y dijo:
    
    A: Eres de los míos carajo.
    
    R: Tú sabes, futbol y cerveza es lo mejor.
    
    A: Totalmente de acuerdo je, je, je. Pasa y acomodémonos.
    
    El, igual que yo, estaba recién duchado, olía a aire fresco y tenía puesta una camisilla blanca, cuello redondo de mangas cortas y un pantalón de pijama a cuadros de tonos grises bastante suelto y cómodo. Tenía aun su cabello negro abundante algo húmedo del baño reciente. Se había afeitado y eso le daba un aspecto bastante jovial. Me hizo pasar y acomodamos las cervezas en un refrigerador pequeño dispuesto dentro de la habitación. Nos sentamos al borde de la cama bien arreglada por el personal del hotel seguramente. Al frente estaba la pantalla de TV. Faltaban menos de cinco minutos para que iniciara el partido y comenzamos a hablar de todo un poco cada uno con una cerveza bien helada en la mano.
    
    La conversación tenía un tono ameno, amigable, pero aún más animada que las pocas que pudimos tener a lo largo del día trabajando juntos en terreno. Nos pusimos al día conociéndonos un poco mejor. Me habló de su mujer, sus hijos, su pueblo y yo igual un poco de mí. Comentamos anécdotas laborales y otras tantas conversaciones salteadas banales de esas que permiten engrasar una buena charla fluidamente.
    
    Empezó el juego y todo se centró en el partido. Tenía ...
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