1. La Cofradía XXV


    Fecha: 26/04/2024, Categorías: Hetero Incesto Autor: Riseva, Fuente: SexoSinTabues30

    Una semana después, salí del colegio y me fui directo a la Cofradía. Sabía que mi hermano me estaría esperando.
    
    Apenas toqué a la puerta mi hermano me recibió de inmediato. Después de un abrazo y un beso nos fuimos a la sala de cambio, el vestía una especie de hábito blanco, semi transparente, que le llegaba a los tobillos. Me quité el uniforme del colegio, lo guardé en » mi » casillero y nos fuimos a la sala de carga de energía.
    
    Sentados en la alfombra desnudos iniciamos el protocolo de carga, ya lo había hecho muchas veces sola en la casa, pero hacerlo acá lo hacía más solemne, des hecho mi adrenalina bullia en mis venas.
    
    Terminado el proceso nos levantamos y nos abrazamos, esperé, como me había dicho, a que pusiera su miembro en mi vulva. Temblaba como si fuera mi primera vez, pero no pasó nada. Lo abracé fuertemente empujando mi pelvis hacia adelante, él hizo lo mismo. Lo sentí entrar, suave y cálido, mi temblor cesó y entré en un estado de sopor cálido y agradable.
    
    – Estás bien? – me preguntó mirándome a los ojos.
    
    – Si, muy bien – le respondí sintiendo su mirada por dentro de mi alma.
    
    – Sientes algo? –
    
    – No, todo está bien – aparte de su miembro instalado profundamente en mi, nada más.
    
    – Bueno, éso significa que estás lista – dijo retirándose.
    
    – No! No lo saques – le pedí abrazándolo con fuerza.
    
    – Tengo que hacerlo, es el ritual, no puedo estar más de 5 segundos adentro –
    
    – Quedémonos un rato más así – le supliqué.
    
    – No, vamos al ...
    ... baño, ahí lo podemos hacer –
    
    Me resigné a que lo sacara y de la mano me llevó al baño, caminaba algo mareada. Una vez en el baño me penetró nuevamente, miré sus ojos y me perdí en ellos, su lento movimiento me hacía vibrar.
    
    – Más rápido – le pedí. Y el aumentó la velocidad.
    
    – Más fuerte, lo quiero todo – le supliqué, mis piernas temblaban. Una ola de energía se expandió desde mi vulva a todo el cuerpo, como un tsunami que arrasa con todo, así llego a mi cabeza llenando mi cerebro de luces de colores.
    
    – Cómo te sientes? – esa pregunta me volvió a la realidad después de un agradable letargo.
    
    – Bien – le respondí con una sonrisa tratando de no reír. Sentía cosquilla en todo mi cuerpo. Mi útero se contraia y dilatada.
    
    – Acabaste? –
    
    – He tenido el orgasmo más maravilloso de mi vida. Y tú? – le pregunté.
    
    – No, estaba más preocupado por ti –
    
    – Hermanito, no sabes cuánto te amo. Pero necesito que a acabes dentro de mí, mi útero me lo pide – realmente sentí se pene contra mi útero mientras mi vagina entraba en contracciones.
    
    Esta segunda vez, también tuve un segundo orgasmo maravilloso, aunque no fue como el primero, pero sentía como sus chorros de semen inflaban mi útero. Tuve la sensación de satisfacción de no sé qué. Pero aunque antes lo había dicho, ahora tenía la necesidad de embarazarme, quería tener un hijo de mi hermano. Qué lindo sería éso, pensé.
    
    – Vamos a la ducha, se nos está haciendo tarde –
    
    No tuve noción del tiempo, salí del colegio a las ...
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