Trío familiar por año nuevo
Fecha: 30/04/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos
... variar, amarillo. No me agrada ese color, pero mi esposo es cabulero y cada año me regala uno para la fiesta de año nuevo. Me dio morbo, allí en el baño, pensar que el vestido que tenia puesto me lo había regalado mi esposo y que lo estaba usando al coger con su padre y su hermano.
Como el vestido era voladizo, mi suegro, sin sacármelo, me lo subió. Quedaron así mis nalgas al aire. Solo cubiertas por una muy pequeña tanga amarilla que también me había comprado mi esposo.
En ese momento no tenía idea de cómo podríamos coger los tres en ese espacio tan reducido. Creo que ninguno tenía idea clara del que hacer. Mi cuñado tuvo la solución. No la dijo. Solo la ejecutó. Se bajó el pantalón. Puso la tapa del inodoro y se sentó encima. Su verga grande relucía y me atraía, me incliné en noventa grados y le di una muy rápida chupada. Me dijo “sube cuñadita, que no tenemos mucho tiempo”. Y me subí.
Con la tanga aún puesta, solo colocada de lado, le entregué mi concha. Y me la llenó. Su verga se hizo espacio instantáneamente, lo jugoso de mi concha permitió su penetración sin ninguna dilación. Pocos segundos después sentí que mi suegro me empujaba hacia adelante. Mi cuñado se inclinó un poco para atrás, lo más que pudo. Yo pegada a él, besándonos.
Mi culo quedó al aire, tenía mi ...
... concha llena y mi culo disponible. Sentí a mi suegro untarme el culo con saliva y pronto lo tuve encima mío. Fue incómoda su penetración. La posición en la que estábamos los tres lo era. Pero poco a poco sentí como toda su verga, también muy grande, entraba toda.
Y de pronto todo fluyó. La incómoda posición se disipó y empezó un movimiento armónico de los tres. La magia llegó y el placer se hizo infinito. Tenía las dos vergas moviéndose acompasadamente dentro mío. Mi suegro y mi cuñado llevándome a un clímax de placer al que nunca, jamás, ni en mi mejor sueño, llegué ni llegaré con mi esposo.
Tuve un orgasmo y otro, y otro más, varios seguidos, no sabía si eran vaginales o anales, ya estaba despistada e ida. Cuando empecé a temblar toda, ambos llegaron, casi al mismo tiempo, hasta en eso parecían gemelos, no padre e hijo.
Con la leche de ambos chorreando de ambos lados nos levantamos y separamos. Felizmente había papel higiénico y en la cartera tenía toallitas húmedas. Mi cuñado salió primero y se quedó junto a la puerta. Terminé de asearme. Le consulté con un susurro si podía salir. Me dijo que sí. No había nadie. Volví al salón, a sentarme donde mi suegra. Un rato después le dije que iría a dormir. No quería bailar más, tenía miedo que el semen se me escurriera entre las piernas.