1. Laura, mi ex cuñada. Mi premio


    Fecha: 20/09/2017, Categorías: Sexo Oral Confesiones Autor: Alexander0022, Fuente: CuentoRelatos

    Esta es la continuación de mi primer relato, si no lo han leído, acá les dejo el link, para que vayan directamente: "Laura, mi ex cuñada". Y así terminó nuestro primer encuentro sexual con mi ex cuñada Laura... Seguíamos sentados en el sofá, cuando ya era momento de irme a casa, le dije a Laura: - Mi premio “cuñadita”- Ya debo irme-. Decirle “cuñadita”, me causaba un morbo que ni se imaginan. - Ay! Si “cuñado”- Me respondió. Con un tono de putita, que con antelación, ya me puso la calentura arriba. Se paró y tomándome de las manos, me hizo parar a mí, se agachó quedando frente a mi bulto. Me despojó el cinto, me desató las zapatillas e hizo lo mismo, desprendió el botón de mi jean y me lo sacó, e hizo lo mismo con el bóxer, quede completamente desnudo de la cintura para abajo, frente a su cara, mi pene aún flácido. Me empujó para hacerme sentar de vuelta en el sofá, abrió mis piernas y tomando una almohada la puso bajo sus rodillas colocándose en medio de mis piernas. Comenzó a besarme la parte interior de mis muslos, de manera lenta y torturante. Mi pene empezó a agrandarse al instante. Sin prisa, subía por mis muslos con sus labios, como si ella estuviese degustándome. Saltando mi entre pierna, subió un poco mi remera y ahora la tortura se dirigía en mi abdomen. Me besaba con pasión y su lengua recorría la parte baja de mi torso. Ya tenía para eso mi pene a mil, como una roca. Interiormente rogaba que ya se lo metiera en la boca, pero Laura estaba dispuesta a hacerme ...
    ... sufrir antes de hacerlo. Y yo. No iba a interrumpir mi premio. En un momento se levantó y fue hacia su pieza, cuando volvió tenía en la mano un aceite de bebé, volvió a arrodillarse entre mis piernas, abrió el pote y me puso un poco en el abdomen, comenzando a hacerme masajes lentamente, eso era un tormento, aun no tocaba mi pene, pero ya lo tenía rígido, ella se daba cuenta que no daba más, y reía con ello. Le divertía que sufriera. Hizo lo mismo con mis piernas. Estaba relajado y caliente. Una combinación mortal. Comenzó a besarme los testículos. Primero de manera calma, para luego metérselos en la boca de manera urgente, primero uno, luego otro, para repetir la operación una y otra vez. Yo suspiraba del placer que me daba. Colocó un poco de aceite en mis testículos, y empezó a masajeármelos, me lo hacía como toda una experta, mientras no dejaba de poner su cara de viciosa. Inclinó su cabeza y empezó a besar el tronco de mi pene, desde la base subiendo lentamente hasta el glande. La tortura era impresionante. Ella sabía muy bien lo que hacía. Tomó el tronco de mi pene con una mano. Abrió su boca y se metió mi glande. Sus chupadas eran intensas y lentas. De a poco se metía más y más mi verga, dura como hierro, de arriba hacia abajo sus labios acariciaban mi pene, mientras una de sus manos lo sujetaba y la otra seguía masajeando mis testículos. Soltaba por un momento para lamer el tronco para luego volver a metérselo en la boca. Una de las mejores chupadas que me habían dado sin ...
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