Nunca lo imaginé de ella
Fecha: 20/05/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Faquitrafil, Fuente: CuentoRelatos
Parecía desinteresada de la vida, nadie del grupo podía se la podía imaginar como algo sexi. Su ropa era muy formal, siempre de pantalón y blusas que no marcaban su figura ni su sensualidad, sumado a eso los cincuenta y pico que tenía y su supuesta soltería aumentaban los rumores de que se había retirado del mundo del sexo.
Pertenecíamos a un grupo de trabajo del cual yo era su gerente, mis 35 años me habían dado un poco de experiencia y habilidad en el manejo del personal y conducir equipos de venta.
Después de una reunión de empresa, un viernes a la noche, fuimos a cenar y a festejar los éxitos del último trimestre que habían sido extraordinario. Ella, Lilian, estaba con nosotros, pero como siempre parecía casi ausente.
Las bromas y las risotadas no dejaban de sentirse permanentemente, los veinte integrantes de la mesa nos sentíamos exitosos y el buen vino abundante ayudaba a la alegría.
Las bromas empezaron a llegarme por mi reciente soltería (hacia tres meses me había separado y vivía solo). Yo me reía y me acuerdo que en un momento exprese mi cansancio y que necesitaba un buen masaje para poder dormir bien, pero que me conformaba con volver a mi casa y disfrutar de mi cama. Ahora que hago memoria la vi a ella varias veces mirándome, pero no sospeche nada.
Como a la una de la mañana informe que me retiraba y tres de la mesa, incluida ella, me pidieron que las llevara a sus hogares. Una por una fueron llevadas y cuando deje la última, suena el celular, veo ...
... que era Lilian que me dice:
- Lo siento me deje mi cartera en tu auto y la necesito por que mañana temprano salgo de compras. Por favor traémela, lamento molestarte.
Verifique que la cartera estaba en el asiento trasero y con algo de bronca le dije que me esperara en la puerta que enseguida estaría por allá.
Cuando arribé a su domicilio debí tocar timbre porque no había hecho caso a esperarme afuera. Y allí cambio el mundo, o cambio mi imagen de ella. Me abrió la puerta y la vi con su camisón negro transparente, nada de ropa interior, maquillada, su pelo suelto e increíblemente deseable. M perturbo. La mire y apure el trámite de entregarle su pertenencia y trate de irme cuando me dice.
- Prepare todo para el masaje que dijiste que necesitabas, no podés decir que no e irte.
No pude responder nada. Me tomo de la mano y me llevo a su living donde había un gran colchón en el suelo lleno de almohadones, un aroma ambiental increíble y una música sensual, algo así como jazz caliente.
Me hizo recostar, me desvistió muy suavemente y después de unos 20 minutos, más o menos de masajes en mi espalda, me puso dulcemente boca arriba, nuevamente la vi tan bella y sensual que me parecía mentira fuera la misma persona fría de la oficina.
Empezó a tomar suavemente mi pene y sostenerlo entre sus manos, en un momento me dijo que le parecía hermoso y excitante. Primero se lo llevo a su boca y lo mojo bien con su saliva, después empezó a acariciarlo de forma fantástica, casi ...