1. Mi vecina Juana III


    Fecha: 21/05/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Josesuker, Fuente: TodoRelatos

    Era una tarde de sábado, llevábamos planeando quedar para pasar la noche juntos toda la semana, sus hijos ya estaban independizados, y este sábado lo tenía exclusivamente para ella, y para mi por supuesto, ya que no le mandarían a ningún nieto, y podríamos disfrutar del fin de semana para hacer lo que más nos gustaba, follar como locos.
    
    Estábamos en junio, ya hacía calor, y después de comer, nos bebimos varios chupitos, a ella le hace efecto rápido el alcohol, ya que apenas bebe, y se pone más caliente y se suelta mucho más. Yo tenía por aquel entonces 32 años, y ella 62, ya el cuerpo no era el que tenía cuando empezamos a mantener relaciones, pero lo que más me gustaba de ella, que eran sus enormes pechos, no habían cambiado, o quizás sí, pero a mejor, porque los pezones grandes y oscuros, parecían más grandes y salidos, era un gusto lamerselos y sentir como se endurecian, sin duda era donde más placer sentía, y lo disfrutaba.
    
    Nos fuimos a su cama ya bien calentitos, después de habernos tocado todo en el sofá.Se sentó al borde de la cama, me bajó los calzoncillos y comenzó a chuparmela muy despacito, saboreandola con sus labios gordos, y mirándome con esa cara de guarra madura que a mi me pone a cien, le pedí que parase, pero ella me dijo que no, que quería beber mi leche, y no paró hasta que lo consiguió, le solté una gran cantidad de semen en su boca, que ella quiso beberselo todo, cada vez le gusta más que me corra en su boca, y a mi también, las gotas que le caen ...
    ... en sus tetas me gusta expanderselas sobre sus pezones, lentamente.
    
    Después de su mamada, me tocaba a mí, a pesar de ser una mujer de tal edad, tiene un coñito muy estrecho, lleno de pelos ya algo canosos, a mi me encanta, me gusta chuparselo y notar como cada vez se moja más y más, y sentir como gime a cada cambio de velocidad que le doy en su clitoris, hasta que siento que se corre, porque se pone a dar espasmos y a gemir mordiendo la almohada.
    
    Después de nuestro intercambio oral, nos quedamos abrazados en la cama, ella con la cabeza en mi pecho y yo tocando una de sus enormes tetas y pasandomela por mi polla, hasta que vuelvo a tener una ereccion y nos volvemos a meter en faena.
    
    Una de las posturas que más nos gusta, es la de a cuatro patas, tiene un espejo en el armario, y nos miramos mientras follamos, la pongo en cuatro, y me pongo a jugar con su culo y su coño, totalmente empapado, me embadurno el dedo en lubricante, y se lo meto por el culo muy despacio, dilatandolo para luego clavarsela sin que le duela, se le ve que es una experta del sexo anal, seguramente lo practicaba asiduamente con su marido, puesto que no sentía mucho dolor cuando se la meto, le paso mi polla por su agujero anal dando vueltas sobre él, hasta que finalmente se la meto despacito, ella me mira de nuevo con su cara de zorra, y noto que disfruta, yo me agarro a sus caderas y cada vez le meto más, ella empuja hacia atrás para que le entre toda, hasta clavarsela entera, viendo su cara y su ...
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