El morbo de lo incorrecto
Fecha: 07/06/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: aSeneka, Fuente: TodoRelatos
... oiga lo que voy a susurrar en su oído.
—Tienes un hijo fantástico. Y lo digo en todos los sentidos, que no veas la potencia que tiene cuando estamos a solas. Ya me entiendes.
Loli se separa con una sonrisa picarona, complacida por la confidencia y por saber que su hijo alegra mis noches como el incapaz de su marido nunca ha sabido hacer con las suyas.
Ya en nuestra casa, el polvo con Mario es apoteósico. Me folla sin dejar de oler las bragas de esta mañana. Yo le sigo la perversión y dejo que me hable de todas sus fantasías con mi madre. Esta noche me hago pasar por ella, pero le obligo a que me folle desde atrás, igual que su padre en el aseo. Me da morbo y, de nuevo, la mezcla de sémenes en mi coño me excita.
—¿Sabes? —digo al acabar el polvo— cuando te he visto entre mi madre y la tuya te he imaginado con ellas…
Veo levantar una ceja entre divertido e intrigado.
—¿Qué dices? ¿Con las dos? ¿Mi madre también?
—Qué quieres, me da morbo. También yo tengo mis fantasías.
No discute. En su lugar sonríe y me sigue la corriente. A él también le gustan mis rarezas. Volvemos a besarnos y le cuento que me pone imaginarlo lamiendo los pezones de ambas, con una teta en cada mano. Al final, hacemos un trato imaginario en el cual, si yo me lo hago con mi madre, él se lo hace con la suya. Nos reímos a brazo partido. Qué raritos somos.
— · —
Roberto ha aparecido a la puerta de mi trabajo, como temía. Viste con vaqueros ajustados y zapatillas deportivas, como ...
... si se creyera un chaval. No se da cuenta de que es un viejo de sesenta y tantos apestando a perfume que tira para atrás. Esos anuncios de hombres están haciendo mucho daño a caducos como él.
Está apoyado en su coche, como si fuera el protagonista de una peli.
—¿Qué coño haces en mi trabajo, eres imbécil?
Le dejo descolocado. La resaca no ha servido para que despierte a la realidad, todavía cree que entre los dos hubo algo especial.
—Solo he venido a traerte un pequeño regalo. —Intenta disimular como si fuera algo banal, pero los dos sabemos que no lo es—. No lo abras delante de Mario, ¿vale?
—Eres idiota, de verdad. —Me llevo tres dedos al puente de la nariz—. Mira, ayer se me fue la pinza mucho. No sabes la vergüenza que he pasado esta mañana y todavía no sé cómo se lo voy a explicar a Mario.
Le cambia la cara, ha perdido el color.
—¿Contar?
—Me voy a casar con él ¿Recuerdas? No voy a empezar nuestro matrimonio con una mentira. Y nada menos que después de ponerle los cuernos con su propio padre. ¿Tú no se lo has dicho a Loli?
Boquea. Se le acaba de caer el mundo encima. Si alguno se entera de lo suyo conmigo puede darse por acabado. El mayor de los bochornos y la más cruel de sus tragedias. Reprimo una sonrisa, pero es la única forma que se me ocurre para tenerlo atado en corto. El muy estúpido no sabe mantener las formas, como mi padre. Él sí que sabe manejar las situaciones comprometidas. Un buen polvo en el momento justo en la situación idónea. ...