Como me declaro a mi amada Carlota
Fecha: 20/06/2024,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... común y solo encajo con personas también como yo.
Detrás de esa melancolía, paz, bondad y cariño que transmiten su mirada y su sonrisa y de ese dulce rubor en sus mejillas siempre noté cierto punto discreto de sensual picardía.
Ella es lesbiana, yo soy bisexual con preferencia a las mujeres. Ninguna de las dos teníamos ninguna experiencia romántica ni sexual ni habíamos estado nunca antes con nadie. Las dos esperábamos a que llegara el amor verdadero a nuestras vidas.
Sus miradas de cariño y de deseo hacia mí eran cada vez más evidentes. Igual que las mías de cariño y de deseo hacia ella. A pesar de ser aún solo mejores amigas, las muestras de cariño eran cada vez más frecuentes, sobre todo de ella hacia mí, no por nada, sinó porque ella es más cariñosa y yo en cambio soy más fría, aunque como toda persona humana en este mundo, también tengo esa necesidad de recibir cariño y también tengo que recibirlo antes para yo darlo de manera recíproca y entrar en confianza. A pesar de ser aún solo mejores amigas, cada vez estaba más claro que entre ella y yo había algo más. Y las dos lo sabíamos. Sin necesidad de decírnoslo, solo mirándonos y sonriéndonos. Dentro de su bondad, timidez y discreción, esa sensual picardía en su mirada cada vez se hacía más visible y aquella noche... Estalló.
Fue aquella noche de invierno que estuve con ella en su casa, situada en un hermoso pueblo de la Costa Brava, entre montaña y mar. Es natural de allí, una catalana gerundense de pura cepa ...
... y por lo tanto, con un acento catalán de allí bastante marcado y lo que se diría «cerrado», que a mí me parece muy atractivo. Estábamos viendo programas de crímenes en una televisión catalana. Dentro de lo que las dos odiamos la televisión, estos programas son lo único que nos apasiona a las dos. Estábamos sentadas en el gran sofá de su comedor. Yo acurrucada a ella. De vez en cuando, ella me miraba con esa ternura y a la vez sensualidad y me daba algún beso en la mejilla, a lo que yo le correspondía. Termina el programa. Ella coge el mando y cierra la televisión. Me mira. Yo la miro.
(Carlota y yo hablamos en catalán, aunque escribo solo en español para que se entienda mejor).
–¿Vamos a dormir? –me pregunta, acariándome la mejilla. La verdad es que me lo pregunta con un dulce tono de voz que no sabía descifrar si es de sueño o para seducirme.
–Sí, vamos. –le respondo, sonriendo.
–De acuerdo, cariño –me responde. Y me da un beso en la mejilla, cerca de los labios. Nunca me había dado un beso así. Mis mejillas empiezan a ruborizarse, mi corazón empieza a latir algo más fuerte y rápido de lo normal y empiezo a sentirme excitada.
Carlota es de estas personas que siempre tienen la piel caliente y en invierno no padecen tanto de frío. Al contrario que yo, que paso mucho frío y a la mínima se me congela el cuerpo, sobre todo los pies y las manos (debo aclarar que las tengo muy delgadas y finas, con dedos de pianista). La verdad es que su cercanía física, sus abrazos, ...