1. JUANCITO, MI NIETO – CAPÍTULO 2.


    Fecha: 18/07/2024, Categorías: Gays Hetero Incesto Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30

    ... calentaba horrores, máxime cuando con sus gestos y su mirada rogaba por verse perforado nuevamente, como sea, me contuve, aunque dejé que me acariciara.
    
    Me sonreí para mis adentros,Juancito eran tan putito como putita debió haber sido la madre y cuando yo no estuviera cerca alguno se ocuparía de mantener ese culito contento, pero no era momento de ponerme en celoso a cuenta de un futuro que desconocía, solamente me quedaba disfrutar de sus ganas mientras estuviera cerca de mí y vaya que lo disfrutaba, aunque, por el momento, dejaría pasar un par de días para usarlo porque se me había ido la mano con la cogida. Dejé de lado las elucubraciones y le pedí que trajera las gaseosas para terminarlas y prepararnos para regresar. Estuvimos un rato más en el agua, terminamos toda la comida y ensillé el caballo. No eran las cinco de la tarde cuando regresamos a la casa,Juancito se había quedado dormido por el cansancio y tuve que llevarlo medio torcido y dejando que apoyara su cabecita en mi brazo.
    
    La chica que quedaba en la casa me dijo que las mujeres aún no regresarían y ella se llevó el caballo para que lo largaran y desensillaran, yo lo dejé a mi nieto sobre su cama y me fui a tomar una copa al living, el aire acondicionado me sentaba mejor que la sombra de algún árbol, cuestión de costumbres… Como era de esperarse, me quedé profundamente dormido en la semi penumbra de clima artificial templado y postigos entornados. Me despertó mi mujer preguntando por el nene, le dije que ...
    ... aún debía estar durmiendo y me mandó a despertarlo porque si no, no dormiría en la noche.Juancito tuvo que hacer un esfuerzo para levantarse de la cama, le pregunté si le dolía algo y me sonrió con picardía,“el culito abu, me duele el culito, pero ya se me está pasando, ¿hoy también me vas a leer un cuento?”, -preguntó con la doble intención que sólo nosotros conocíamos,“hoy no, vas a tener que dormir sí o sí, no seas acaparador”, -le contesté y me estiró los brazos para que lo llevara al baño donde lo dejé-.
    
    Mi mujer se fue a ponerse cómoda porque decía no aguantar más los zapatos y yo me serví un aperitivo antes de cenar, le pregunté a mi hija si quería tomar algo y me pidió una gaseosa de naranja cortada con un poco de gin, se lo serví y le alcancé el vaso, en ese momento me retuvo la mano…
    
    Me quedé mirándolas mientras hablaban, parecían haberse desentendido de mí y mi mujer que, cuando se le soltaba la lengua pudiendo hablar de algo que la ponía bien, con la ventaja anexa de que estaba hablando conCynthia y la supuesta competencia no existiría jamás, se largó a contarle intimidades a la hija. Decir que escuchaba sería una mentira enorme, los ambientes amplios y el comedor de por medio hacían que las palabras no llegaran a mis oídos, pero… las gesticulaciones, ah, las gesticulaciones me hacían poner bien, sin dudas que eran madre e hija porque su verborragia se acompañaba siempre de ademanes y gestos. Risas, abrazos, las palmas de las manos de mi mujer enfrentadas ...
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