1. Hambre de ti


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: littlepancake, Fuente: TodoRelatos

    ... pie y cambiando de pierna. Poco a poco fue subiendo con sus besos por las piernas, pasando por las rodillas y la parte interior de mis muslos, donde se entretuvo unos minutos besando, lamiendo y mordisqueando esas partes tan sensibles de mi anatomía, desesperándome, pues ya quería que me comiera mi coñito. Como si me hubiera oído, su lengua empezó a lamer los bordes de mi calzón (braga), y así estuvo otro rato, hasta que, abriendo su boca, la puso en el centro de mi vulva por encima de la tela del calzón, y la mordió con sus labios. fue entonces que me vine (corrí) por primera vez. Me bajó la braga y nuevamente me volvió a comer el coño, haciendo que me volviera a venir copiosamente.
    
    Siguió subiendo con sus labios por todos los pliegues y rincones de mi piel, llegando a mis senos, los que había estado acariciando, por encima de la tela del vestido, el que ahora nos estorbaba, por lo que procedió a sacármelo por encina de la cabeza, atrapando una de mis tetas con su cálida boca, estimulando el pezón con suaves mordiscos o chupándolo como si quisiera sacar el vital alimento que de ellos sale, pasando al otro seno y alternando uno y otro. Para esos momentos él ya se había colocado encima de mi (ni cuenta me di cuando se desnudó), había abierto mis piernas con las suyas y posicionado su pene en la entrada de mi cuevita. no me lo metió inmediatamente, nunca lo hace, primero frota su glande contra mi clítoris, después, mete solo la amoratada cabeza, con cortas embestidas, ...
    ... hasta hacer que me venga otra vez. Es entonces que, de una poderosa embestida, me clava su enhiesta verga hasta la empuñadura, quedándose así dentro por unos instantes. sentía tan real su amorosa cogida, que en ese momento desperté y abrí los ojos, viendo que era él, mi marido. viendo la sorpresa en mi rostro, se apoderó de mis labios con los suyos, acallando la naciente protesta. Él continuó moviendo en círculo sus caderas, logrando con este movimiento que su poderoso tolete toque cada rincón de mi encendida vagina, la sentía moverse dentro de mí, como si tuviera vida propia. Me lleva poco a poco a la cima del placer, cuando comienza a sacar su verga muy lentamente, sintiendo ambos el roce de pene y vagina, hasta que solo el glande queda dentro y metiéndolo con fuerza y rapidez hasta casi tocar mi útero, repitiendo los movimientos varias veces; yo entonces, levantando mis piernas lo abracé con ellas, tocando con mis talones su región renal, haciendo más profunda la penetración, hasta que empecé a sentir los espasmos de otro inminente orgasmo. fue entonces que el aceleró sus movimientos adentro, afuera, adentro, afuera, adentro…, esperando a que me viniera, para él soltar su cuerpo y dejar salir una verdadera oleada de ardiente esperma, mientras yo dejaba salir un torrente de jugos orgásmicos que se juntaron con los de él. después nos levantamos, nos dirigimos juntos a la ducha, donde lo hicimos otra vez.
    
    Después de unos momentos, el frustrado galán, queriendo minimizar el ...