¿Dónde están mis calzones?
Fecha: 23/08/2024,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Batimaniac, Fuente: CuentoRelatos
... solo su mente y su rica panochita podían saber, pero que invariablemente su calzón recibía en la forma de pequeñas secreciones que dejarían parte de su esencia sensual, al igual que las manchas de orina que dejaba ahí mientras encerrada entre cuatro paredes, solo ella y su calzón a las rodillas presenciaban actos tan íntimos y privados.
Desde ese momento mi obsesión por checar los tendederos donde quiera que andaba, se volvió prioridad.
Sentir esa íntima proximidad, lo mismo a una mujer que me encantaba y conocía, o incluso a una mujer cuya identidad y figura yo desconocía, y que a pesar de eso ya sabía algo de ella que mucha gente a su rededor jamás imaginaría.
Por supuesto que tocarme, con mi miembro bien erecto en una mano, y en otra la sensual prenda, era todo un ritual de sensaciones deliciosas. No me gustaba descargar mi semen en esas prendas, porque hubiera sido como contaminarlas. Eso lo reservaba para cuando podía jugar con una prenda del cajón de la chica en turno, y cuando sabía que eventualmente ella tomaría esa pantie y se la colocaría, culminando así la unión de su intimidad con mi semilla, en un acto secreto que solo yo sabía que existía.
A partir de esa primera vez, ya no pude parar. Subía a los edificios y ubicaba de inmediato aquellos lugares donde había prendas que me interesaban.
A diferencia de otros que también se obsesionaban con brasieres, en mi caso solo me interesaban los calzones de chicas fueran lindas o feas.
Mis propias ...
... vecinas no se salvaron. La de la casa de atrás que nunca la conocí personalmente, hasta la de al lado que solo tenía un bikini, el cual resaltaba de las muchas pantaletas aseñoradas de corte completo y tan poco sexys, y mismo que finalmente fue mío. Aunque tristemente debo decir que la dueña jamás lo substituyó por otro calzón así de sexy, pues solo compraba pantaletas a la cintura, y que curiosamente los fines de semana aparecía en el tendedero ahí, llamativo, de color rosa, esperando a que un día me animara y estirara la mano para tomarlo y llevarlo conmigo.
Otro par de vecinas, como decimos en México, del tipo gordibuenas, colgaban sus panties al frente de su casa, convirtiéndose en la tentación para mi, que un día decidí tomar una de esas prendas. Eran de algodón, de colores pastel y con un elástico de otro color muy delgado.
A donde iban dichas prendas a parar?
A mi cuarto, a ser escondidas dentro de un sofá, el cual tenía un hoyo en una orilla, en donde las fui coleccionando a lo largo del tiempo.
Esta obsesión tan rara, llega a convertirse en un problema, y en mi caso aunque tuve pocas piezas de colección, llegó un momento en que me fue imposible seguirlas guardando.
Con el tiempo, me tuve que deshacer de mi colección, la cual revisaba poco, pero cuando lo hacía era excitante recordar a esas personas. Luego me mude de casa de mis padres, con el tiempo me casé, y muy esporádicamente tuve oportunidad de obtener más trofeos, mismos que conservaba solo un corto ...