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El vendedor nigeriano
Fecha: 30/08/2024, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Este chico vendedor nigeriano era habitual en el pueblo y a pesar de que no soy comprador sí que por cortesía solía invitarle a tomar alguna bebida caliente como café con leche Cola Cao o lo que él quiera o algún refresco en verano le conocía como hacía dos años y él cuando se dirigía a mí me solía considerar como un amigo a pesar de la diferencia de edades. Un par de meses atrás habíamos coincidido en el interior de un bar una tarde lluviosa y en una conversación que duró un par de horas supe mucho más sobre el que los dos años anteriores. Me enteré que había sido repudiado por su familia y había abandonado su país por su condición sexual cuando tenía poco más de veinticinco años. Habiendo recalado primero ayudado por colectivos LGTBI y ya después buscándose la vida él solo. Me contó que aquí en España las cosas tampoco eran lo que él esperaba. Aquel día en nuestras conversaciones nos sinceramos los dos y yo le conté de mi bisexualidad, él en cambio se consideraba gay al cien siendo completamente versátil y como norma teniendo mucho más éxito con las chicas que se acercaban a él que con los hombres. A raíz de aquel día no cambió nada por parte de los dos siguiendo en la misma tónica nos saludamos hablábamos y le invitaba a tomar algo. Fue en fiestas del pueblo una noche en la que cayó una tormenta de verano y le encontré empapado, siendo ya una hora prudente para retirarme le propuse que viniese a mi casa ya que él no residía en el municipio y el ...
... primer tren todavía tardaría tres horas. El al principio rehusó mi imitación y yo por cortesía no le quise insistir no pasamos por mi cabeza en ningún momento nada extraño. Cuando ya enfilaba hacia mi casa escuché su voz llamándome y espere a que llegase a mi altura, me dijo que se lo había pensado mejor y que estaba de frío. Cuando llegué a casa le dije que yo me iba a dar una ducha y que si él quería darse otra lo podía hacer. Primero me duché yo y me puse un pijama de verano, cuando él se metió a la ducha le ofrecí un slip seco y una camiseta. Cuando salió de la ducha el bulto que marcaba sobre aquella prenda era descomunal y ambos nos dimos cuenta del asunto. Preparé un par de cola caos y después de tomarlos nos sentamos un rato en el salón, más o menos uno enfrente del otro, yo sin poder disimular me fijaba sobre aquel paquete y sin darme cuenta empecé a excitarme quedando mi pene es puesto por la entrepierna del pijama ya que no llevaba nada más que aquello. Mi amigo no perdió la oportunidad y con una sonrisa enseñando sus blancos dientes me dijo que me asomaba la polla y que gustaba tocándose la entre pierna me decía que le había puesto excitado. Yo le contesté entre risas que él era el que marcaba un gran bulto en la entrepierna y él con su pícara sonrisa me contestó que el slip era muy pequeño y que él no la tenía todavía dura. Yo me levanté del sofá y me quité el pantalón del pijama mostrando mi polla de diecisiete centímetros completamente ...