1. El mecánico me lubricó el culo


    Fecha: 03/09/2024, Categorías: Fetichismo Autor: alexandra love, Fuente: RelatosEróticos

    ... deliciosamente por mi clítoris, yo por mi cuenta me acariciaba los senos y frotaba mis pezones, comencé a llorar, fue un sentimiento muy lindo, me sentí querida por ese hombre. Recordaba cuando hacia el amor con mi exesposo y ahora estaba vengándome de su maltrato, fueron sentimientos encontrados que me arrebataban gemidos y me estremecían el abdomen.
    
    El mecánico se detuvo y supe que estaba por venir lo mejor, esa verga estaría dentro de mí. Yo seguía recostada sobre la mesa boca arriba, el mecánico estaba de pie a la orilla y levantó mis piernas y las puso sobre sus hombros, les confieso que sentí mucho temor pues tenía una verga muy gruesa y larga, más que la de mi exesposo. Y esa posición con las piernas al hombro permite una penetración muy profunda, sentí como acercó la punta de su verga y la coloco justo a la entrada de mi vagina lubricada. Y con sus manos sucias de grasa, me tomó de las piernas, eso me confirmó que me iba a jalar hacia el para ensartarme de un empujón. El mecánico me miró a los ojos de manera morbosa y con un deseo de cogerme violentamente, yo sabía que era el resultado de mi seducción, estuve provocándolo mucho, así que simplemente le respondí viéndole a los ojos.
    
    —¡Cójame!
    
    Apenas pronuncié esa palabra el mecánico me jaló fuertemente hacia él, al mismo tiempo que de un fuerte empujón me penetró hasta el fondo, sentí como su verga gruesa y larga, se abrió paso entre mis paredes vaginales, hasta que topó en el fondo de mi vientre, fue una ...
    ... ensartada tan deliciosa y violenta, que me arrebató un fuerte gemido.
    
    —¡Aaaaahhhhh!
    
    Estoy segura que se escuchó hasta la calle. Yo lo miré con mis ojos llorosos, tremendamente excitada, y el sacó su verga por completo, para volver a penetrarme fuertemente hasta el fondo en repetidas ocasiones.
    
    —¡Aaaahhh! ¡Aaaahhh! ¡Aaaahhh!
    
    Yo solo podía escuchar el rechinido de las patas de la mesa que se movía cada que me penetraba, lo hacía con mucha fuerza, se escuchaba el impacto de su cuerpo contra mis nalgas, era una penetración frenética, se sentía tan delicioso cada que entraba y salía de mi interior, comencé a sentir un calor en mi vientre que me causaba un sentimiento de debilidad, de indefensión ante esa bestia que estaba matándome en cada embestida. Era como un animal, sentía que su verga iba a mover el dispositivo intrauterino que llevaba dentro. El hombre jadeaba de deseo, me sentí tan plena de ver a ese hombre desahogando sus ganas conmigo, estaba satisfaciéndose totalmente sin importarle si me lastimaba, él solo quería cogerme, yo comencé a acariciar mi cuerpo, sentía mi piel muy sensible, recorrí mi abdomen suavemente hasta llegar a mis senos y los acaricié, queriéndome a mí misma mientras ese hombre me cogía, sentí mis pezones sensibilizarse aún más, se pusieron duros, mis senos eran unas montañas a la vista de aquel hombre.
    
    —¡Aaahhh! ¡Que ricooo! ¡Más rápido! ¡Aaahhh! ¡Cógeme más fuerte! ¡Cógeme!
    
    Él aceleró el ritmo y me empujaba con más fuerza, yo comencé a ...
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