Silvia - 2 - Relatos Eróticos

Silvia - 2

Durante casi un mes, estaba como un zombi, no sabía lo que hacia mi trabajo había sufrido una caída, no cundía en él y me dije:

- Silverio, no puedes seguir asi, tienes que acudir a un profesional y pídele que te ayude.

Efectivamente, busque la dirección del psicólogo que me había indicado el Dct. XXXX me puse en contacto con él y me dio cita para la semana siguiente, a la hora indicada me presente en su consulta, era una mujer, de una edad entre los 45-50 años, guapa, conservaba la belleza de la juventud, le entregue un dosier con el informe detallado que me habían dado en el hospital, tras leerlo me dijo:

- Esto nos va a llevar bastante tiempo comenzaremos la semana que viene, tendremos en principio una charla cada dos días, me contaras tu vida, tus sentimientos antes de tu visita al hospital y después de tu visita, y tendremos unas charlas extensas cada semana quiero ver tu evolución semana tras semana y de ello sacaremos las conclusiones necesarias y buscaremos un tratamiento ex proceso para tu caso.

A la semana siguiente, en el día y hora señalado, acudí a su consulta, poco a poco fui cogiendo confianza en ella, y comencé a contarle mi vida, desde que tenía uso de razón, mis juegos, mi predilección por ayudar a mi madre en las tareas domésticas, mis charlas con mi padre, sus consejos de cómo me debía portar con las personas mayores, con las mujeres, con toda aquella persona que de repente necesitase una ayuda, fuese niño, mujer o anciano. Las salidas de ...

... excursión con mis compañeros de colegio, instituto y universidad, mi predilección por reunirme durante las mismas con las chicas, como si fuese a protegerlas de cualquier enemigo, de ser su caballero de blanca armadura aunque no tuviese el caballo blanco .

Mi curiosidad por conocer los secretos de las chicas, algunos me los decían, pero con respecto a la intimidad se callaban ante mí, era un chico, tenía que averiguarlo por mí mismo, asi descubrí la cuestión de las menstruaciones, me informaba después en enciclopedias y revistas especializadas en ginecología, donde podía ver sin reparo alguno en la biblioteca el cuerpo desnudo de las chicas en fotografía, la primera vez que vi una fotografía de una chica desnuda mi sexo demostró su interés, a eso le siguió las revistas de moda, vestidos ropa interior, no me daba reparo en ver esas revistas pero si que me viesen parado ante una corsetería y ver a las maniquíes vestidas únicamente con sujetadores y bragas, en las tiendas donde se vendían ropa de premamá quedaba extasiado al ver maniquíes especiales representando a mujeres embarazadas, las veía de paso, no me paraba ante los escaparates, volvía una y otra vez a pasar por delante para volverlas a ver.

Asi pasamos casi dos meses de charlas cuando un día me dijo.

- Silverio, Ud. Lo que tiene en un síndrome de mujer desinformada de la vida real, ha vivido con sus padres y el tema de la procreación nunca se tocó en su presencia tiene un sentimiento de culpa con respecto al ...