1. Desafío de galaxias (capitulo 24)


    Fecha: 22/03/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... liada, —y sacando una botella de la caja, exclamo—. ¡Coño! Orujo… y blanco. —¿Orujo? ¿Qué es orujo? —Es un licor de España, y es muy fuerte. No sé yo si esto te va a gustar, que tú eres muy “fina” —dijo Marisol bromeando. —¡Eh, eh, eh…! Que yo le he cortado la puta cabeza a un bicho feo y malo, —bromeó también Anahis frunciendo el ceño haciéndose la ofendida. —Cuidado, que ha aparecido la “decapitadora”, —dijo Marisol soltando una carcajada, y después, abrazándola, añadió—. Me da miedo meterme en la cama contigo. —¿Cómo que…? ¡a ver si te voy a tener que meter a rastras! — ¡Uy, que bruta! —¡Anda! Dame la cosa esa. —No tenemos vaso de “chupito”, —dijo Marisol echando un poco en un vaso normal— nos apañaremos con esto. Entregó el vaso a Anahis, que lo olisqueo con suspicacia. Hizo un gesto característico mientras Marisol, desnuda sobre la cama, se partía de la risa. —En mi pueblo se toma de un trago, —dijo, y se tomó el suyo de golpe, lo que la provoco que los pezones se le pusieran como piedras. Anahis la imito y los suyos también se endurecieron, y la cola se le puso ...
    ... erecta mientras tosía y ponía cara rara…, muy rara. —¡Qué horror! —pudo decir finalmente con la voz quebrada—. Sabe a combustible de propulsión. —Pues a mí me gusta, —dijo Marisol sirviéndose otro vaso. —Dame un poco más, —Anahis la tendió el vaso decidida. —¡A ver si te vas a emborrachar! —¡Joder! Ya casi lo estoy. —Le voy a decir a mi padre que te prepare una botella con sabores…, de plátano…, o de fresas. —¿Esto lo hace tu padre? —En el sótano de casa. En Almagro, el que no destila, conoce a alguien que lo hace. El que se vende en las tiendas, es solo para los turistas. Pero dejémonos de charlas, ven aquí… “decapitadora”. Marisol la abrazo y sus labios primero y, sus lenguas después, entraron en contacto en un floreteo continuo—. ¡Hum...! Que bien sabes a orujo, —y continuo saboreándola. Bajo a sus pezones mientras Anahis la acariciaba el trasero y su cola se enroscaba en el muslo obligándola a separar las piernas. Los gemidos, los suspiros y los orgasmos, se sucedieron con pasión hasta que finalmente, las dos, quedaron inertes y sudorosas abrazadas sobre la cama. 
«1...3456»