Cap3 Mi madre mi muñeca - Relatos Eróticos

Cap3 Mi madre mi muñeca

... estar una semana sin ir a las fiestas del barrio, agarraba de todo.

- Pero mínimo sacaba buenas notas en la prepa, ¿o no? Dijo burlón

- No termine la escuela, repetía cada año y por ahí pasaba sufriendo, jijiji.

- Con decirte que con diecinueve le faltaba un año.

- A no era buena para las matemáticas, jajaja.

- Pero si para otra cosita, jijiji. Dijo viendo como hacia una deliciosa puñeta

- Fue justo en ese tiempo donde cambio, unos meses antes de cumplir veinte, yo quería que estudiara, que terminara la escuela, pero conoció unas amigas un poco locas.

- Y qué me dices, ¿te beneficiaste con el cambio? ¿Te la agarro a dos manos? mira que eras el mejor amigo, mínimo te habrá dado una buena pulida al chango, jajajaja.

- Se lo quise hacer cuando me encaro, pero se fue corriendo el tonto, jijiji.

- ¿Cómo es eso? ¿Qué paso? Haber cuenten.

- La quería demasiado como para aceptar eso y le dije que había cambiado mucho, que debía parar, pero poco o nada me escucho, me bajo el pantalón y me fui corriendo como un pingüino.

- Jajajajaja.

- Ay amor, fue tu culpa también por insistir, yo solo quería pasarla bien. Dijo sacándole las pelotas y aplastándolas con la boca abierta

A lo que este deslizo la mano por su espalda, metiéndola dentro de su falda y agarrando sus nalgas a pelo, si fue tremendo como le hinchaba la tela, pues este no se complacía con simples caricias, no, las amasaba como queriendo dejarlo rojo o hasta amoratado diría.

- Sí Sara, ...

... pero ya te estabas metiendo con mayores y te estaban dando de lo peor.

- Ay mi culito, sí que era bien inocente, jijiji.

- ¿Qué cosas te daban? Dijo sonriendo asqueroso

- De todo, drogas, puchos, cervezas, hasta una vez me dieron esa pastilla para animales, para ponerlos en brama.

- Carajo, ¿en serio?

- Me engañaron, me dijeron que eran vitaminas, jijiji, pero bueno pequé de ingenua, esos tres viejos querían reventarme y lo lograron, me dejaron el coño como una coliflor, lloraba hasta cuando caminaba.

- Le dije para denunciarlos, pero no quiso, me enojé mucho.

- ¿Porque?

- Es que ya era mayor de edad, además los conocía y me daban cosas que mi madre no podía, era de locos, pero me gustaba esa vida.

- ¿El venderte o los regalos? Dijo burlón

- Yo creo que ambos, pues el hacerle una paja a un viejo gordo y asqueroso me ponía. Dijo pensativa y sonriente, como si aún lo recordara con claridad

- ¿Sabías de eso amigo?

- Me entere luego, pero aun así no la deje de querer.

- ¿El amor no?

- Si. Dijo resignado, de haber perdonado tanto

- Hasta que un día toque fondo. Dijo sonriendo extraño y mirando a mi padre

- No cuentes eso.

- ¿Porque? Si es parte de nuestra historia Rubén.

- ¿Qué paso?

- ¿Amorcito?

- Ok, igual ya es parte del pasado.

- Ya, cuenta.

- Me metí con un tipo que hacia videos del bajo mundo, al principio me dijo que solo serían hombres, pero me engaño, me puso a coger con perros y por si fuera poco también ...