1. Me volví infiel (IV): El joven de Acapulco


    Fecha: 21/10/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Locomotora, Fuente: CuentoRelatos

    ... mamita
    
    Me di la vuelta y el ya tenía la bermuda abajo y vaya sorpresa una anaconda morena le colgaba en medio de sus piernas, literal jamás había visto un pene enorme no exagero pero si eran unos 30 cm, lo juro.
    
    Yo estaba anonadada, tan anonadada que mi reacción fue comenzar a tocar ese animal, el sonreía y me acariciaba el trasero, me besaba el cuello mientras yo seguía agarrando ese trozo que me parecía insólito.
    
    P: Que esperas, come!!
    
    Yo no lo pensé más, me arrodille encima de un cartón y comencé a lamer semejante bestia, recorría todo desde sus testículos hasta la punta, comencé poco a poco a engullirlo, apenas me cabía en la boca, su líquido preseminal sabía a mar, saladito y eso me encantaba.
    
    P: Así putita!! Que rico lo chupas!
    
    No me molestaba que me hablara así ya que realmente eso era y solo quería seguir comiendo serpiente acapulqueña.
    
    Pancho me levanto, me tumbó encima de una mesa, me hizo a un lado mi bikini y comenzó a penetrarme fuerte, no sé cuánto entraba pero sentía me revolvía todo por dentro.
    
    M: Ah, no mames, que es eso, uff, uff!
    
    P: Toma putita, que rica estas, uhm, que rica!!
    
    Yo sentía que vomitaba, pero no quería de sentir esa sensación, el me levanto las piernas y mientras lamía mis ...
    ... pies, seguía metiendo su animal sin compasión.
    
    M: Mi, marido va a venir!
    
    P: No importa, que vea como eres mia, como realmente es su mujer.
    
    Y eso era cierto, que sentiría el su me viera con otro y más gimiendo y actuando como toda una ramera cualquiera.
    
    Me puso a cuatro patas, abrió mis nalgas y me la metía fuerte, acelerado, dandome de nalgadas, jalando mi cabello, empujándome todas las tripas.
    
    M: Me matas, ah, ah, que rico, ah!
    
    P: Tienes unas nalgotas, que rica, uff, toma, toma mi verga!!
    
    Ahí estaba yo gimiendo no me acordaba de mi marido, solo quería seguir teniéndolo dentro de mi.
    
    P: Me voy a venir, ah, ah!!
    
    M: Ah, si, dame, tu semen!
    
    Apenas si podía hablar pero ahí estaba pidiendo mi leche, el me embistió con fuerza hasta que comenzó a llenarme de su semen, su leche salía a cántaros, me escurría por las piernas, ahí me dejó tumbada y temblando.
    
    P: Deja le llevo las cervezas a tu pendejo, no n lo que te alivianas.
    
    Y ahí me dejó, yo babeando y aún sintiendo estragos en mi interior, hasta lo borracha se me bajo.
    
    Ya más relajada salí, el ya no estaba, solo mi marido y uno de esos tipos, no le dije más y me fui a descansar la verdad pancho me había dejado muy adolorida y eso que fue solo un rapidín. 
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