1. Mi cuñada Rocío


    Fecha: 22/10/2024, Categorías: Incesto Autor: Josesuker, Fuente: TodoRelatos

    Hola, tengo 48 años, y tengo una cuñada 5 años mayor que yo, que desde siempre, me ha puesto muy caliente, y sé con seguridad, ya confirmado que yo a ella también, ya que por fin hemos consumado y nos hemos contado nuestros secretos, vamos al grano:
    
    Ella es una mujer normal, tiene buenas tetas, talla 110, con pezones muy marcados, un culito bastante apetecible, y lo que más me llama la atención es su boca, tiene unos labios gordos, de esos que nada más lo ves, te entran ganas de que te pegue un mamazo, y eso es lo que yo andaba buscando desde que la conocí.
    
    De siempre supe que yo le atraía sexualmente, mido 1,87, espaldas bien grandes, complexión fuerte y buen cuerpo, sin barriga y músculos bien marcados, todo lo contrario a su marido, un enclenque con poca chicha.
    
    En los encuentros familiares, que son muy frecuentes, ella siempre me saluda con dos besos muy cerca a mis labios, y yo sabiendo que siempre me hace lo mismo, me aproximó más a los suyos, ella lo sabe y siempre hacemos la misma maniobra, sin haber hablado nada al respecto. En estos encuentros, en la cocina o donde pueda, le suelo refregar mi paquete por su culo, siempre con disimulo, pero ella lo busca descaradamente y también va buscando la situación.
    
    Pues un día, que su marido fue a la casa del pueblo a dar una vuelta y pasaría el día fuera, yo sin saberlo, fui a su casa por casualidad, y ahí pasó todo...
    
    Fui sobre las 11 de la mañana, aburrido, mi mujer trabajaba hasta la noche, y fui a buscar a ...
    ... su marido para tomar unas cervezas.
    
    Yo: Hola Rocio, ¿está Antonio?
    
    Rocio: No, se fue temprano a dar una vuelta al pueblo a dar una vuelta a la casa, pasa ¿quieres un café?
    
    Era mi oportunidad de poder hacer algo con ella, además su hijo había ido a Madrid a un concierto, por lo tanto estaba sola en su casa.
    
    Le acepté el café, y estábamos hablando en la cocina, ella llevaba un vestido de andar por casa, bastante cortito y sin sujetador, se le notaban bastante sus pezones.
    
    Ella hacía sus tareas, estaba fregando mientras hablábamos, puso una lavadora y al meter la ropa, se puso completamente en pompa, incluso se le veía la braga al moverse el vestido para arriba, yo me armé de valor, y pensé que si no quisiese nada, no se pondría en esa posición, además de mantener esa postura sin motivo, ya que metía la ropa de una en una, demorando la escena.
    
    Me arrimé a ella, y le puse mi polla en su culo, ella no dijo nada, y me dejó seguir, le movía su culo en mi bulto, agarrándole las caderas, ella permanecía callada e inmóvil, dejándome hacer.
    
    Se puso de pie, y con cara pícara, se me acercó y empezamos a morrearnos, jugaba con su lengua, le mordía los labios despacito... ella disfrutaba de los besos, pero con su marido no lo hacia por un serio problema de halitosis de él, y le daba asco, por lo tanto estaba disfrutando del movimiento de lengua y labios que le estaba dando.
    
    Después de un buen rato, le dije que con esa boca, lo que me gustaría que me hiciese es una ...
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