1. Soy la puta de mi ahijado (IV)


    Fecha: 20/09/2017, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: amadecasamari, Fuente: CuentoRelatos

    ... comenzó a extendérmelo por todos ellos como si de una crema corporal se tratara. Tras estos quedamos los dos tendidos en la cama, yo sobre su regazo con su pene fuera de mi boca pero tocando aún mis labios. Entonces él me dijo: -“Maribel, nunca pensé que tuvieras el culo tan estrecho, incluso he sentido dolor al principio cuando te la he metido. Mi madre le tiene más dilatado que tú, aunque también da mucho gusto cuando la doy por el culo. Ten en cuenta que mi madre y mi padre siempre han practicado a partes iguales tanto el sexo vaginal como el anal, por eso de que su culito esté más dilatado que el tuyo. Pero no te preocupes, madrina dentro de poco tú le tendrás igual o más, pues van a ser muchas las veces que te entre una polla por él a partir de ahora y estoy seguro que te gustará y te dará tanto placer como ahora te da hacerlo por tu chocho” Así permanecimos un buen rato, y luego me dijo, tienes alguna crema cicatrizante para que te dé un poquito en tu culito, para de esta forma calmarte el dolor y se te vaya cerrando la herida, con el fin de que mañana cuando vuelva , aunque sé que no voy a poder follarte por tu ano, al menos no tengas esos dolores que tienes ahora y podamos disfrutar de una follada tan buena como la de hoy por tu chocho, sin que el dolor de tu culo te prive de ello. Le di la crema y él con mucho cuidado me la fue extendiendo por todo mi culito, sintiendo al dármela un gran alivio. Cuando terminó miró el reloj y al ver la hora, me dijo: -“Madrina, se ...
    ... me ha hecho muy tarde, tengo que irme, mañana volveré a la misma hora, estate preparada quiero que sigamos gozando los dos, te quiero mi vida, eres la mujer más maravillosa del mundo”. Él entonces acercándose a mí y dándome un beso, que me deja sin respiración y nubla mi mente se despide y entonces yo le digo: -“Raúl, que prisas tienes, mi marido no vendrá a comer y por tanto hasta las seis de la tarde no llegará. Porque no te quedas un ratito más, por favor y así con tu compañía se me alivia un poco más el dolor que siento en mi culito, pues me le has dejado hecho un desastre, no sé cuánto tiempo voy a poder tardar en sentarme normalmente, ni como lo voy hace para que mío marido no note nada esta tarde cuando vuelva. Él me coge de la mano camino de la puerta y volviéndome a dar un beso en mis labios, me dice: -“De verdad Maribel, no puedo quedarme más aunque realmente es lo que estoy deseando. No dejes de darte con la pomada una vez más después de la comida y otra vez cuando te acuestes. Mañana vuelvo y seguimos mi amor, te quiero” Al día siguiente y volvió y volvimos hacer el amor como dos personas que no pueden pasar sin ello. Así durante los diez días siguientes, unas veces se marchaba a mediodía otras se quedaba a comer conmigo y marchaba un poco antes de que volviera mi marido. En estos días en los tiempos de descanso fue contándome cosas suyas, me dijo que hacía con sus amigos, como se llamaban y que algunos de ellos en más de una ocasión le habían comentado que les ...