Desarrollé el gusto por dejarme dar por el culo, gracias a mi hermano mayor.
Fecha: 29/11/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Gays
Transexuales
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
Desarrollé el gusto por dejarme dar por el culo, gracias a mi hermano mayor.
Cuando mi hermano mayor se fue de casa, encontré en su habitación, un sin número de revistas, y videos porno.
Además, de una buena cantidad de la marihuana, mi hermano mucho antes de marcharse me había dejado en ocasiones, ver las revistas, y los videos, así como también me había dado marihuana.
Al principio cambio de que lo masturbara, luego que mamara su verga, y posteriormente de que me dejara dar por el culo por él.
Así que yo ya había desarrollado el gusto, por la marihuana, por el porno, y que él me diera bien duro por el culo.
Solo que no se lo dije a nadie, pero a los pocos días, en trabajo descubrí que un compañero, fumaba marihuana, al principio me lo negó, pero cuando le dije, que yo también fumaba, y que tenía en casa, gustoso aceptó mi invitación para fumáramos tranquilos en mi casa.
Al llegar lo llevé a mi cuarto, luego fui a mi escondite en el patio, y saqué varias revistas porno, y hasta uno de los videos, que después de ponernos a fumar, lo dejé viéndolos, mientras que yo sin decirle nada me fui a cambiar de ropa.
Cuando regresé a su lado, ya mí compañero de trabajo, se estaba recostado en mi cama, con los pantalones en sus rodillas, haciéndose la paja, pero al verme vestido, con una corta faldita bien corta, y una pequeña blusa, mostrándole mis nalgas descaradamente, él se quedó boquiabierto, sin saber que decir.
Hasta que me le acerqué y con voz de chica, ...
... le dije. “Hola, yo soy la gemela.” y extendiéndole mi mano, agarré la suya.
Desde luego que de inmediato, se dio cuenta de que era yo, pero me siguió la corriente, y cuando le pregunté si estaba haciendo ejercicio, agarrándole su parada verga, él sonriendo me respondió que sí.
Mientras que yo suavemente comencé a hacerle la paja, poco a poco me fui agachando, hasta que boca estuvo frente a su verga.
Sin preguntárselo, comencé a lamer su colorado glande, para luego comenzar a pasarle la lengua cual, si fuera una barquilla de helado, hasta que me puse a chupársela toda, por un corto rato.
Hasta que deseoso de que me penetrase, saqué su verga de mi boca, y nada más bastó que me pusiera en cuatro patas, sobre mi cama, para que, rápidamente se colocará tras de mí, y después de bajarme los pantis, me penetrase divinamente.
Así que mientras que él me fue empujando todo su miembro dentro de mi culo, yo lo movía tal como lo hacía con mi hermano.
Desde ese día, él se convirtió en una especie de marinovio mío, claro que, en el trabajo, no se lo dijimos a nadie.
Y por lo menos una o dos veces a la semana, me acompañaba a casa, para mutuamente hacernos felices, pero a diferencia de mi hermano, mi amante nunca me dijo que yo era su puta.
Me besaba, me acariciaba, me ponía a mamar, y desde luego que sabrosamente me daba por el culo.
Hasta que cuando lo cambiaron de área de trabajo, se puede decir que él terminó conmigo, ya que conoció a una chica, con la que si ...