El nuevo maestro del pueblo (10)
Fecha: 19/02/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... Josefa, no se cortaba ni un poco. Al final perdí la parte de vergüenza que apenas me quedaba y la solté una gorda.
- Y seguro que se ha estado metiendo el rabo de goma!
- Jajaja, pos claro, aunque me gustan más los de carne.
Nos reímos los dos a la vez, pero no quise seguir. Me despedí dándole un par de besos en las mejillas y prometiendo que volvería. Pensé en pasarme por la iglesia antes de ir a casa de Candela, la única madre que me faltaba por visitar. Suponía que el cura me podría dar información sobre ella para saber a qué atenerme. Y eran las seis de la tarde, y me quedaba media hora libre.
Cuando entré a la iglesia no había nadie, el silencio era absoluto y mis pasos se hicieron ligeramente sonoros. Caminé lentamente por uno de los laterales intentando no romper ese silencio. Al llegar al altar, subí los escalones y pasé a la sacristía. La puerta de la oficina del cura estaba cerrada. Me acerqué y comencé a oír sonidos. Puse la oreja en la puerta de antigua madera y escuché.
- Es que le hago todo lo que me ha enseñado y sigue sin estar contento.
- Y qué le haces?
- Pues me pongo la ropa interior que usted me aconsejó y me muevo su alrededor. Al principio bien, me toquetea las tetas y me da unas palmadas en el culo. Después me dice que me arrodillé y se la chupe, pero después me dice que no sé hacerlo y ya no quiere más.
- Has practicado con el rabo de silicona que te compré?
- Si, y es mi único consuelo, pero no es igual que la carne.
- ...
... Pero te lo metes entero en la boca?
- Eso todavía no se me da bien.
- Pues tienes que practicar hasta que se te de bien y te sea fácil. Eso le gustará a Pedro.
- Lo único que parece que le guste es darme azotes en el culo.
- Y eso te gusta a ti?
- Si, me calienta, pero después me deja así de caliente y tengo que acabar con el rabo de goma. Hoy, después de comer, me lo ha hecho, y ahora estoy más caliente que una estufa.
- Entonces, has venido por eso?
- Usted siempre me consuela, padre.
- Vale, vale. Pues quítate la ropa para ver esa ropa interior que te has comprado.
Me agaché y puse el ojo en agujero por donde entraba la llave de la gruesa y antigua cerradura. Podía ver casi todo el despacho, y vi cómo una señora, más bien bajita, se sacaba un oscuro vestido por la cabeza. Por lo poco que había oído supuse que era la mujer del alcalde. Estaba rellenita, y la ropa interior apenas podía tapar la carne. Una carne blanca que debía de haber visto poco el sol. El pequeño sujetador apenas sujetaba, valga la redundancia, sus grandes tetas, y las braguitas a juego cubrían escasamente la carne de su grueso culo. Algo de barriguita se descolgaba por encima de las bragas dándole un aspecto diferente a las mujeres que había conocido hasta ahora. Diría que era una seducción morbosa.
- Pues te queda muy bien está ropa, muy seductora. Creo que Pedro es un poco tonto por no apreciarlo
- Es que llevamos muchos años casados, y a lo mejor es eso.
- Puede ser ...