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Estrenando una tanga roja
Fecha: 26/03/2018, Categorías: Sexo Duro Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... mi marido podría regresar al despacho en cualquier momento y encontrarme sin la fada y delante de su jefe. Sentí que mi tanga se manchaba de humedad…Empecé a humedecerme más y sentí mis flujos vaginales deslizándose por la cara interior de mis muslos…Entonces el director se acercó a mi, se agachó y tomó entre sus dedos mi tanga roja, corriéndola a un lado. Luego me acarició suavemente el clítoris.Yo me incorporé un poco para apoyarme en la mesa del escritorio, ya que sentí cómo me comenzaban a flaquear las piernas. Estaba tan caliente que ni me inmuté cuando me dio un par de palmadas en mis nalgas desnudas, todavía con el hilo dental entre sus dedos.Entonces tomó la tanga por los costados y la fue deslizando hacia abajo lentamente mientras me pasaba la lengua por la raja de mi culo.Cuando terminó de quitármela, supe que se la había guardado en un bolsillo como un recuerdo. Entonces me giré y, al verlo en cuclillas, con su cara a la altura de mi entrepierna, lo tomé por la nuca y le hundí su rostro dentro de mi pubis depilado y humedecido…Él succionó mis labios vaginales con ansiedad, sediento, apretándome suavemente con sus labios, besándome y lamiéndome...Cuando ya no pude aguantar ...
... más, lo separé de mi concha y me tumbé en el suelo boca arriba. El hombre se acostó entre mis muslos abiertos y comenzó a besarme el cuello; hasta que yo ya no pude más y le supliqué, entre sollozos, que me penetrara de una buena vez.Se quitó la ropa, quedando solamente con su camisa entreabierta.Me penetró con mucha facilidad; un único empujón hasta el fondo de mi ardiente vagina. En pocos segundos sentí que estaba a punto de provocarme un orgasmo; así que me aferré con mis manos a sus nalgas y me impulsé rápidamente con mis caderas... hasta que llegué finalmente al éxtasis.Permanecí con los ojos cerrados, respirando entrecortadamente…Fue entonces cuando oí un portazo; la puerta del despacho se acababa de cerrar. Abrí los ojos y vi al director tumbado jadeante a mi lado; pero no había rastros de Víctor. Entonces comprendí que mi marido ya sabía lo que acababa de ocurrir.Me levanté trabajosamente, con mis fluidos y su semen resbalándome por entre las piernas. Busqué mi falda y me la puse. Busqué mi nueva tanga roja, pero entonces recordé que estaría en el bolsillo de los pantalones de ese hombre que me había cogido tan bien…Tendría que volver al shopping por una nueva sorpresa para Víctor…