Dos mejor que una 6 - Relatos Eróticos

Dos mejor que una 6

... vosotros

Marina venía con un vestido de cuero negro que le dejaba las tetas fuera, pues tenía un agujero en la parte del pecho de la medida esacta de sus pechos. La parte de abajo completamente abierta dejaba ver unas bragas de seda negra con una raja que exponía su coño. Botas de cuero negro de tacón alto y fino. abiertas por el lateral y unidas por cintas Llevaba el pelo suelto los labios pintados de negro y un maquillaje con tonos oscuros. Y lo más preocupante una fusta en su mano

María llevaba un top tipo corsé con las tetas también libres y unos pantalones de cuero abiertos por los laterales y unidos con cintas que le dejaba el culo y el coño al aire. Llevaba sandalias negras de plataforma. El pelo lo llevaba recogido dentro de una gorra de plato, como la de los policías y gafas de sol tipo aviador. Con labios de rojo intenso y el maquillaje muy parecido al de Marina. Y lo que casi me hace bajar el empalme un látigo de cuero negro atado a su cintura.

Has sido un nene malo cariño y lo vas a pagar._ Dijo Marina

Yo no quería hacerlo, perdóneme._ Dije siguiendo el juego

Es demasiado tarde para las disculpas

No por favor haré lo que sea, no quiero sufrir

Ha seducido a dos hermanitas inocentes, es un crimen grave que se paga caro._ Dijo María acercándose a la caja

Pero es que están tan buenas yo no quise aprovecharme de ellas, se lo juro

No le creemos depravado está ya condenado._ Dijo María desenrollando el latigo

No, por qué, si soy un buen ...

... chico

A otra con esas._ Dijo María y dió con el látigo en el suelo para reafirmar su autoridad y lo colgó en el cabezal de la cama

Marina sacó dos tijeras como las de los hospitales, con la parte de abajo plana. Le pasó una a María y fueron cortando la parte de arriba del chandal, empezando por las mangas y mientras una bajaba por el torso, la otra subía al cuello. Y así me quedé sin ropa en el torso.

Cogieron cubitos de hielo y me los pasaron por el torso, dejando mis pezones como escarpias y la piel de gallina

Que verguenza de depravado, que poco aguante tiene._ Dijo María la miendo mi pezón derecho

Una auténtica decepción._ Dijo Marina mientras lamía mi otro pezón

Cuando no podía más de lo cachondo que estaba y mi polla estaba tan dura que reventaría el pantalón, me taparon con la ropa cortada los ojos y me pasaron por los labios el látigo diciendo.

Ha sido condenado a recibir 50 latigazos._ Dijo María haciendole dar un chasquido al látigo

No, por lo que más quiera apiadese de mi

La sentencia es firme, aquí le va el primero

El chasquido lo escuché, pero solo note que un trozo de tela me tocaba el pecho. En ese momento me quitaron la ropa de la cabeza y vi que Marina tenía una manita de tela en la punta de la fusta y volvió a pegarme con ella tan flojo que ni ruido hijo

Que dolor más insoportable, no volveré a ser malo

No le creemos._ Dijo Marina

Ahora le toca la condena psicológica

Mis pantalones siguieron el mismo camino que el resto ...