«La mujer perdida II» Capitulo III
Fecha: 04/03/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Infidelidad
Voyerismo
Autor: oldie, Fuente: SexoSinTabues30
... merecer mucho la pena…
¿Que es un ratito de placer en comparación con tantos meses de trabajo?-
Le dijo casi al oído don German, con un tono como si se conocieran de toda la vida, y así era, pero no en esas circunstancias.
Finalmente, ella bajo la mirada y con gesto lastimero asintió.
Al unísono empezaron a escucharse los gritos de júbilo de los tres gorrinos ilustrados,
-¡Vamos, coged a la zorra y colocadla sobre la mesa!-
Dijo don Germán, mientras que los otros tres la sujetaban y en volandas la colocaron sobre la mesa. Ella permanecía quieta, inmóvil, como si fuese una muñeca inanimada.
Esos tres puercos comenzaron a magrearle todo su cuerpo y a babearla.
Cuándo se hubieron hartado de sobar y babear todos sus rincones, don Casimiro la agarró de los brazos y la puso de pie apoyada contra la mesa.
-Ya va siendo hora de empezar la fiesta-
Con su minúsculo pene erecto, comenzó a introducírselo por su coño Empapado por la saliva y sin apenas enterarse de nada, comenzó a recibir las embestidas del chulo repulsivo, quizás estaba sintiendo más dolor por los empujones contra la mesa en sus piernas que por el minúsculo falo que le estaba introduciendo.
Don Alfonso, desde el otro extremo de la mesa, le sujetaba las muñecas para que no se pudiese mover mientras la miraba a los ojos y le decía.
-No te preocupes chiquita, verás como lo vas a pasar bien-
Mi madre miró a los ojos de don Alfonso, con una enorme expresión de decepción. De repente giró ...
... la cara para otro lado, y no volvió a mirarle a los ojos.
Imagino que sabía que ese día, todo habría acabado entre ellos. Toda la ilusión y esperanzas que había puesto en ese hombre, se acababa de desvanecer con esa horrible y monstruosa traición.
-¡Quítate Alfonsito!… Déjame tu sitio que esta puerca me va a comer la polla mientras recibe esa follada por detrás-
Don Alfonso se apartó dejando sitio al Pérez, que sacó un negro y mugriento nabo que parecía que no se había lavado
en mucho tiempo. A continuación, le tapó la nariz y le metió toda la polla dentro de la boca.
Ella comenzó a sentir terribles arcadas que, en vez del efecto contrario, causaban diversión entre esos tres animales, después de haberse acostumbrado al tamaño de ese
miembro enorme y gordo del carnicero del barrio, éste
comenzó a bombear de manera lenta y profunda la garganta de mi mamá.
A ella le costaba la misma vida poder respirar, pero a esos animales en vez de importarle, les hacía mucha gracia.
Ese día descubrí que había gente que disfrutaba y sentía placer con el sufrimiento de las personas.
Recuerdo el asco y desprecio que comencé a sentir por ese tipo de personas… Hasta el extremo de pensar que no merecían vivir en el mismo mundo que yo.
Mientras que el Pérez le bombeaba la garganta con su mugriento falo negro, comenzó a escupir en la cara de mi madre.
-Aprovecha puta…Que pocas veces te vas a ver entre cuatro pollones así-
Dijo justo antes de correrse dentro de ...