La madre de Claudia II
Fecha: 09/03/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: LIBERTO, Fuente: TodoRelatos
Como os dije en el anterior relato. Tenía qué pensarme si quedarme con la madre de Claudia cómo mi putita particular, o seguir follándome al bombón que tenía por hija.
Un dilema difícil de responder. Bien me quedaba con
la madurez, experiencia y lujuria de esa mujer de 44 años o seguía con la juventud, inexperiencia y dejarse hacer de una niña.
Aunque he de reconocer que también pensé en quedarme con las dos, Madre e hija, deberían hacer un buen equipo.
Al día siguiente de haber estado Celia en mi casa, su hija no apareció y la verdad es que me extrañó, pero no quise pensar nada raro.
Pasaron un par de días y se repitió la misma situación.
Me planté en el portal del edificio dispuesto a esperarla cuando regresase de estudiar, pero no apareció. La que sí apareció fue su madre, la que al encontrarme sentado en el umbral, me dijo que estaba malita en casa con fiebre.
Fiebre la que me entró a mi al fijarme en aquella mujer al comenzar a subir las escaleras .
Sus piernas, sobre aquellos tacones, parecían mucho más largas. Además visto desde abajo, sentado en el escalón como me hallaba, el efecto era superlativo.
Subió un par de escalones y empezó a verse el final de sus medias, ya se veía carne descubierta.
Un par de escalones más y los cachetes de su culo aparecieron, lo que me hizo embrutecer de golpe. Mi polla se puso dura como una piedra al verla.
Ummmm vaya hembra. Cuando me quise dar cuenta, ella se había girado me observaba babeando con ...
... la imagen.
Siguió subiendo contoneándose, y corrí tras ella con la excitación al máximo.
La alcance justo en el rellano de su piso. La agarré por la cintura y le di la vuelta. Se me quedó mirando con ojos de viciosa
Me dijo que allí no, que podrían vernos, pero no me importó lo que me decía y le agarré el culo por encima de la falda.
Ella se resistía, pero poco a poco empezó a ceder. Metí mis manos por debajo de su falda y llegué a los cachetes de su culo. No sé si sería el sitio o el momento pero aquella mujer estaba chorreando de gusto.
Al poco tiempo estaba agachada comiéndome el sexo, me hizo una mamada inolvidable. En aquella posición con la falda en su cintura y con sus tetas fuera del sujetador me ponía muy cerdo.
La incorporé y la hice apoyarse sobre la barandilla de la escalera. Empecé a penetrarla desde atrás con fuerza. A ella le colgaban sus ubres por encima de la baranda, así que cualquier vecino que subiese podría verla desnuda de cintura para arriba.
Pero nada más lejos de asustarse parecía que le excitaba el hecho de que pudiesen verla.
Antes de correrme le pregunté dónde quería qué le echase mi leche. Ella me dijo que donde quisiese, pero que podía correrme dentro de su coño. Así que no me lo pensé dos veces y eyaculé dentro de ella.
Al empezar a arreglarnos la ropa, noté como si alguien nos estuviese observando. Y En un acto reflejo pude ver que la mirilla de la puerta de casa de Claudia se cerraba en ese instante.
El hecho de ...