El tatuaje - Relatos Eróticos

El tatuaje

Debo hacer un inciso en mis relatos con Gabi y Marina para contar lo que me ha pasado hace escasos 3 días.

No soy el típico cachas de gimnasio tatuado hasta arriba pero he de reconocer que el tema de los tatuajes me gusta.

Hasta la fecha tenía dos,uno pequeño en el antebrazo izquierdo y otro en el gemelo izquierdo.

Para mí un tatuaje no es solo un borrón de tinta y ya está, tienen que tener un significado.

El pequeño tiene relación con la familia y el otro con mi resurgir tras el divorcio.

Para mí cumpleaños Cris decidió regalarme uno ya que llevo tiempo pensando en hacérmelo.

Por nuestro trabajo “rozamos” mucho con la muerte y desde el COVID pues hemos perdido personas importantes para nosotros así que decidí que como homenaje y recordatorio de lo frágiles que somos me iba a tatuar una Catrina.

Una Catrina son esas máscaras mexicanas que simbolizan la muerte.

Cuando llamé al tatuador con el que trabajaba me dijo que él no las hacía pero me recomendó una chica que, viendo sus trabajos,era una auténtica artista así que la llamé y quedamos para la semana siguiente.

Ella no tiene estudio propio y trabaja por recomendación en los estudios de otros trabajadores así que quedamos en el estudio de Manu,así se llama el tatuador.

Cuando llegó el día fuimos los dos,Cris ya había quedado en que Manu le iba a hacer uno que ya tenía decidido, para elegir entre los bocetos que ella ya traía preparados.

Nada más llegar ya vi en la puerta dos motos aparcadas ...

... que me llamaron la atención.

Eran dos Harleys. Una era la Electra glide de Manu que ya tenía fichada y la otra una softail fat bob 114 personalizada que me llamó mucho la atención.

Negra mate con pocos cromados y con unas finas lineas rojas delimitando el depósito y los guardabarros.

Me quedé admirándola hasta que Manu salió.

Manu- Que pasa? No entras?

Yo-Estaba admirándola. Es preciosa.

Manu-A que si. Es de Amanda.

Amanda es la tatuadora que me había recomendado y a la que solo conocía de hablar por teléfono.

Entramos en el estudio y mientras nos enseñaba sus nuevos trabajos apareció Amanda.

Boquiabierto sería decir poco.

Era morena de pelo largo y liso recogido en una coleta y los laterales rasurados.

Blanca de piel,ojos azules y una cara preciosa llena de pecas que le hacían parecer más joven de los 35 que,después me enteré,tenía.

Era pequeñita, no llegaría al 160 y era delgada,vestía unos vaqueros ajustados y un corsé de cuero que realzaba unos pechos que se veían de buen tamaño.

Pese a todo los estereotipos y siendo tatuadora solo tenía 3 tatuajes a la vista y de muy buen gusto. Nada estrambótico. Un ave fénix encima del pecho izquierdo, unos símbolos celtas en el antebrazo y una catrina en el omóplato derecho.

Cuando hablo tenía una voz suave y dulce que parecía que te acariciaba.

Desprendía una especie de magnetismo que te hacía estar agusto con ella ya de primeras.

Hasta Cris se quedó prendada de ella.

Tengo que decir ...