La vecina del bikini amarillo
Fecha: 17/04/2025,
Categorías:
Voyerismo
Autor: FantasiosoHeavy, Fuente: CuentoRelatos
Llevaba una semana en mi nueva casa. Mi vida se había descompuesto. MI pareja se fue con mi mejor amigo, y no me quedó otra opción que marcharme a otro pueblo a vivir.
Llevaba una semana en mi nueva casa, y después de terminar la mudanza decidí tomarme una cerveza en la terraza. Vivía en una casa de pueblo adosada a lado y lado por otras casas. Todas tenían dos pisos con su patio trasero.
Yo estaba en la terraza, en el segundo piso. Tenía una panorámica de todos los alrededores a la vez que veía los patios de los vecinos.
Me encendí un pitillo mientras disfrutaba de la cerveza, con la satisfacción de haber terminado de la mudanza. La primera cerveza desapareció en un santiamén y fui a buscar otra. El calor era sofocante, así que decidí sacarme la camiseta. Estaba disfrutando de la mañana pensado que todo era perfecto, no esperaba lo que estaba a punto pasar.
De repente oí una puerta cerrándose, era en la casa de al lado. Curioso, me asomé por la barandilla para ver quien sería. Todavía no concia a mis vecinos. Mi sorpresa fue al ver una muchacha de unos 30 años. Enseguida me escondí detrás de la barandilla, no sé porqué lo hice, pero me salió.
Era una chica perfecta. Llevaba una toalla atada al cuerpo, por encima de su pecho. Se fue directa a una tumbona que tenía en el patio. Mi suerte es que me quedaba a la vista. Intentando que no me viera, yo no me perdía detalle. Se sacó la toalla y la estiró. Un cuerpo perfecto apareció ante mis ojos. Tenía una figura ...
... curva, unos pechos enormes sobresalían de su figura. Llevaba puesto un bikini amarillo que resaltaba su piel morena. Enseguida se tumbó para tomar el sol.
Yo me quedé alucinado, vaya vecina tenía. Sin querer empecé a notar como mi polla empezaba a ponerse morcillona. Ella se tumbó de cara a mí, pero no podía ver si me veía porque llevaba la gafas de sol puestas. Al poco empezó a ponerse loción bronceadora. ¡¡¡Que vista!!! No podía creérmelo. Mi polla ya estaba totalmente dura. Empezó por los hombros, con suaves movimientos iba esparciendo la crema, después los brazos. Poco a poco iba moviendo las manos hacia sus pechos. Sin dejar verlos pasó sus manos por debajo del bikini, dejando asomar esas voluptuosas formas que me estaban volviendo loco. Mi nerviosismo hiso que sin querer tirara la cerveza al suelo, y ella lo escuchó. No sé si me vio, pero giró la cabeza hacia mí. Como si nada ella siguió con su masaje, moviendo sus manos primero por la barriga y luego bajando a sus piernas. Me estaba volviendo loco, mi mano ya tenía mi polla agarrada y como no me podía ver nadie la movía sutilmente masturbándome suavemente.
Cuando acabó de ponerse la loción se tumbó y durante unos minutos se quedó quieta. No sabía que hacer, seguir mirando, ir a por otra cerveza, pero no quería que ningún ruido me delatase, aunque no tenía claro si ya me había descubierto. Decidí no moverme a ver que pasaba. Estaba tumbada con la piernas medio cruzadas, quieta, sin moverse. El espectáculo era ...