1. La ciega y su madre


    Fecha: 21/04/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Leandro74, Fuente: CuentoRelatos

    ... de un tiempo ya estaba todo mejor.
    
    Uno de esos días ella llega como siempre al trabajo y me comenta que ella y su mamá querían que vaya a cenar a su casa, ya que yo estoy siempre cuidándola, medio con dudas acepte, ya que yo salgo tarde, pero quería que no pensaran que despreciaba la invitación, así que llegado el día, cuando termino mi trabajo voy a la casa de Elsa, cuando llegó, me recibe ella con un beso y al entrar estaba Mariela con lo hijos esperándome.
    
    La verdad lo pase muy bien, pero al momento de irme se larga una lluvia bastante fuerte, me estaba poniendo impaciente ya que tenía que viajar y el colectivo pasaba a varias cuadras de su casa, como no paraba Elsa me dice que me quedé, que ellas no tenían problema, esta vez si rechace la invitación porque me sentía raro en casa ajena a altas horas, le dije que no bien pare me voy, pero el clima no pensaba lo mismo, así que le digo a Mariela que se vaya a dormir que ya me iba.
    
    Elsa me acompaña en la espera y me dice que nos hace un café así esperamos, cuando viene con las tasas nos ponemos a charlar y me agradece que cuide y ayude a Mariela, obviamente le digo que no hay problema, que es una chica joven y es normal lo que ella pasa, se levanta se acerca a mi, me da un beso en la boca y me dice en voz baja "gracias", yo le devuelvo el beso y le digo "gracias a vos", me mira, sonríe y me vuelve a besar.
    
    Yo la agarro de la cintura y la traigo hacía mi, ella abre las piernas se sienta sobre mi y continuamos ...
    ... besándonos un buen rato, yo paraba y miraba su cara, era realmente linda a pesar de su edad, yo estaba hipnotizado, y a la vez que la besaba acariciaba sus prominentes nalgas, en un momento escuchamos la puerta de la habitación de Mariela, ella pone su dedo en la boca en señal de que haga silencio, y vemos pasar a Mariela al baño.
    
    Una vez que entra continuamos besándonos hasta que sale, nuevamente hacemos silencio y cuando se mete a su habitación y cierra la puerta continuamos con lo nuestro, luego de unos minutos ella se levanta de mí y tomándome de la mano me lleva a su habitación en forma muy silenciosa, una vez dentro sabía que todo lo que hagamos debía ser con el mayor de los silencios, por el oídos desarrollado que tenía Mariela, así que comencé por besar y lamer su cuello, y le arranque los primeros suspiros.
    
    A medida que pasaban los minutos, le iba sacando de a poco la ropa y ella lo iba haciendo conmigo, cuando quedaron sus hermosos pechos al aire fue algo maravilloso, blancos redondos y algo caídos, que se coronaban con una aureola rosada y prominentes pezones, los cuál saboree a gusto, lamía y chupaba arrancándole cada vez más suspiros, lo cuales intentaban contener sus gemidos, los estaba disfrutando con todo mi ser, no podía parar, así que mientras lo hacía baje mi mano y busque su concha dentro de la tanga que llevaba puesta, pude sentir una pequeña mata de pelos y en medio lo que más deseaba, estaba bastante mojada, y lentamente empecé a jugar con su clítoris, ...