1. Mi yerno le pide a mi hija que hagamos un trío


    Fecha: 22/05/2025, Categorías: Incesto Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos

    ... parte de la mayoría de los hombres, para algunos hombres supone una fantasía tremenda.
    
    —¿Y duele tanto como dicen?
    
    —No tiene por qué. Pero si te decidieras a hacerlo deberías prepararte previamente.
    
    —¿Prepararme? No te entiendo.
    
    —Pues se deben seguir unas normas de higiene y unos ejercicios previos que faciliten la dilatación del esfínter.
    
    —¡Jesús! ¿Todo eso para que acaben dándote por culo? —rió rompiendo la tensión que mantenía por la conversación.
    
    —Esa es una postura que requiere confianza con la pareja y requiere llegar a un estado de excitación muy alto en el que parece que te falta más.
    
    —Me asombra tu forma de hablar del sexo con esa naturalidad. Nunca habíamos mantenido una conversación de este tipo.
    
    —Porque nunca te habían pedido que te dejaras dar por el culo —reímos las dos a carcajadas, provocando que entrara Beltrán que había llegado y le sorprendió nuestra carcajada.
    
    —Vaya que reunión tan divertida. ¿Cuál es el motivo de la risa?
    
    Nos miramos apuradas y pude salir del paso.
    
    —Su padre que le ha encargado de que me convenza para volver con él —y nos reímos las dos de nuevo cómplices en esa mentira—. No quiere dejar de dar por culo —dije provocando la risa sin control de mi hija.
    
    Beltrán no entendió muy bien el motivo de tanta carcajada... ni falta que le hacía. Me pareció infantil insistir con su esposa en algo que sabía que no le gustaba por una idea fija que tenía y que yo contribuí a sobrevalorar. Se creía que cualquier mujer ...
    ... iba a prepararle el culito como yo hice y a organizarle un espectáculo para que no se olvidara de ese día.
    
    Me quedé preocupada por mi hija, forzada a decidir sobre algo que no le interesaba. El cabrón de mi yerno no se resignaba a tener sexo con ella, que había reconocido que se sentía muy liberal, sino que seguía obsesionado por el culito.
    
    Cuando me encontré con Carmina, comenté la conversación con mi hija, más como desahogarme que para pedirle consejo.
    
    —Los tíos son unos capullos. Se merecen que les hicieran lo mismo.
    
    —¿A qué te refieres? —pregunté despistada por su comentario.
    
    —Qué deberían darles a ellos para que supieran el valor de lo que piden.
    
    Reímos las dos imaginando a Beltrán o a otro hombre siendo tomado por detrás en contra de su voluntad. Noté su mirada fija en algo que sucedía a mi espalda y ella adviritió mi cara de extrañeza.
    
    —Dos jovencitos que no paran de mirarnos y uno me ha sonreído.
    
    —Parece que los hombres de nuestra generación ya no se interesan por nosotras. Ellos se lo pierden —aclaré a la vez que Carmina guiñaba un ojo.
    
    Los chicos educadamente nos pidieron permiso para sentarse lo que Carmina concedió con un gesto indicándoles sus asientos.
    
    No tendrían más de 25 años, bien vestidos, guapos, seguros. No me sentía muy animada a participar, no quería abrir más melones. Tenía a Beltrán aunque era cierto un poco distanciado y a Carmina con la que ocasionalmente me quedaba a dormir en su casa.
    
    Carmina notó que yo no estaba ...
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