Compartiendo habitación III - Relatos Eróticos

Compartiendo habitación III

A mitad tarde, Juanjo dijo que tenía que ir a la ciudad a ver al mecánico, ya que había oído un ruído raro en el coche, y me pidió delante de todos que fuera con él, como era bastante tarde dijo que dormiríamos en mi piso.

Yo estaba muy extrañado, me pensé este hoy quiere polla.

Bueno fuimos de camino en su coche en el que teóricamente necesitaba ir al taller, pese a funcionar perfectamente.

En llegar a la ciudad, me dejó en casa y me dijo:

- Ponte guapo que a las 8:30 paso a recogerte que vamos a ir a cenar.

Yo me puse unos pantalones negros, y una camisa azul.

Bueno se hizo la hora clave, las 20:30; yo estaba muy nervioso ya que no sabía lo que podría ocurrir

Me vi a Juanjo con una camisa blanca y unos chinos.

Con una sonrisa me miró, y el pobre estaba tan nervioso que no sabía si darme un abrazo, darme la mano o darme un beso; al final se decidió por un abrazo.

Llegamos a un bar y mientras él se iba al baño yo pedía un roncola con hielo; seré yo raro o algo pero a mi me gusta más el ron que la ginebra.

Y cuando salió dijo sonriendo:

- Así me gusta, esta noche voy a emborracharte jeje.

Primero empezamos a hablar de chorradas, hasta que la conversación fue subiendo de tono y hablamos de parejas que habíamos tenido, que nos gustaba hacer en la cama, si había hecho alguna orgía...

Las cosas como son de mis aventuras no sé escandalizó mucho, sabía que era muy guarrete ya me entendéis.

Él solo había tenido dos relaciones, y bueno ...

... él decia que como había estado con pocas chicas era bastante inexperto en el terreno sexual, y cuando su prima empezó a contarle cosas mías se puso muy cachondo, así que cuando vió la oportunidad de poderme follar, no se lo pensó dos veces y decidió ir de vacaciones al pueblo.

Tras la cena, volvimos a beber y me contó sus fantasias, todas ellas con chicos; entre las copas y las fantasías estaba muy calentorro. Y me soltó de repente:

-¿ En tu casa o en la mía?

Y yo le dije rápidamente:

- Nos tomamos la última en mi casa

En casa rompimos el hielo con bastante facilidad, saqué una botella de vino y seguimos la erótica conversación donde nos contabamos nuestras mayores fantasias.

De repente me acerqué a él, empecé a tocarle la rodilla y subiendo poco a poco con la mano, mientras con la boca le besé.

Pero no un beso de amigos, no no le planté un buen morreo

El beso duro varios minutos, y entre la conversación, el vino y el beso me puse muy duro.

Empecé a desabrocharle la camisa, desde arriba hasta abajo muy poquito a poco, dandole besos en el cuello. A mitad del pecho su mano cogió la mía y me empezó él a desnudar completamente.

Pero él no fue tan despacio como yo sino que, me arrancó los botones de golpe y me los abrió todos a la vez, se le notaba muy caliente y con ganas de polla.

Él se lanzó contra mi cuello saboreando con su lengua cada centímetro de mi cuello, y fue bajando poco a poco hasta llegar a mis pezones donde estuvo un buen rato ...