El invitado alfa - Relatos Eróticos

El invitado alfa

A mi anuncio contestó una pareja en los cincuenta y cinco años en los que el hombre era bisexual y la mujer una auténtica ninfómana con larga experiencia en intercambios de parejas tríos y demás.

Ella estaba entrada en carnes grandes pechos culazo una buena raza en el coño con unos labios vaginales que colgaban como testículos.

El de compresión fuerte poco más alto que su mujer decía ser cornudo complaciente disfrutando de ver como su mujer y él eran follados por otros hombres.

Y ahí entraba yo aunque siendo pasivo les cambiaba un tanto los planes.

Conversábamos los tres por teléfono concretando qué es lo que buscaban ellos y yo que les podía ofrecer.

Las conversaciones solían ser calientes y no voy a negar que más de una vez llegaba a masturbarme a la par que ellos también decían hacerlo.

El hombre debía tener una polla más o menos de mi tamaño sobre los dieciséis diecisiete centímetros y lo que más les gustaba eran las grandes pollas gordas cosa que yo tampoco les podía ofrecer.

Nos conocimos en persona y eso les animó a tener un encuentro sexual en el que yo ejercería de putita.

A las cuatro de la tarde de un sábado me presenté en la vivienda de aquella pareja, me recibió ella con un vestido que a duras penas tapaba su gordo culo dejando sus pechos bien expuestos medias negras y un calzado con algo de tacón bien maquillada no parecía la mujer que había conocido.

El hombre no estaba así que como habíamos planeado yo había llevado mi ropa para ...

... travestirme lencería variada medias minifaldas peluca calzado.

Una vez que me había puesto todos mis complementos la mujer me ayudó a maquillarme haciendo realmente bien su trabajo estaba dividida de la muerte.

La mujer me dijo que ya estaba preparada para ser una putita así que llamaría a su marido para que viniese.

El plan en todo momento era ser por decir alguna manera la mujer del hombre comportamiento en todo momento como tal y por supuesto con un pequeño toque de sumisa.

Como digamos ya habíamos hablado de todo sabía cuál era mi papel y como tenía que actuar.

Pongamos nombre a la pareja Jesús y Maite.

Cuando Jesús llamó a la puerta desde abajo simplemente abrí el portal y esperé a que llegase al piso abriendo la puerta y quedándome tras de ella.

Sorpresa la mía cuando Jesús venía con un hombre algo más joven que él y sobre el 1.85 de altura compresión fuerte y atractivo cuanto menos.

Al que representaba el papel de mi hombre que era Jesús le di un auténtico beso con lengua de película para luego este ofrecerme a su amigo diciéndole hoy te podrás follar a mis dos mujeres.

El hombre me cogió de la nuca y me dio un beso bien el salivado durante unos minutos sintiendo su boca como succionaba la mía y compartíamos gran cantidad de saliva cosa que en aquel momento me excitó sobremanera.

Así quedó pregunté ni me molestó la presencia de aquel hombre que después de besar mi boca se dio un buen fregado con Maite mientras la manoseaba el culo y tetas la ...