Chantaje a mi puta perra (XIII) - Relatos Eróticos

Chantaje a mi puta perra (XIII)

... mírala, la que no quería, que cerda.

-Límpiala.

No dudo y eso me hizo darme cuenta de que lo que a ella más le excitaba era todo lo guarro, porque sin yo decirle nada, se tiró a lamerme los pies, a limpiar las salpicaduras de mis meados que habían caído en ellos.

-Susana. -Ufff, menuda cerda que ha encontrado amo.

No quería estropearle el peinado, ya que era la madrina de la boda, pero a ella no parecía importarle.

-Para GORDA, uf como me pones, voy a follarte puta.

-Susana. -Uf, ¿puedo usar a la puta de mi madre amo?

-Por supuesto, hoy eres la protagonista, y tú gorda a la cama.

Mientras esta se levantaba no sin trabajo del suelo, pero con una cara de vicio como jamás había visto, Susana se volvió a sentar y abriéndose de piernas insto a su madre a comerle un coño que se veía muy brillante de excitación.

Cambie de opinión, no en follarme a la gorda, sino por donde me la iba a follar.

-No te subas gorda, apoya las manos en la cama y saca el culo.

Me acerque a ella y bajándole los leggins hasta los tobillos, y aprovechando que tenía la polla aun mojada de la saliva de esta y comprobando que tenía la altura perfecta, enfile mi dura polla a su enorme culo y con trabajo pero sin miramientos, porque quería hacerle daño, se la metí de golpe…

-Juani. -Ag, no, por ahí no.

Estoy seguro de que el grito se escuchó en toda la planta.

-Uf gorda de mierda, este es tu castigo por hacerle pasar un mal rato a la puta de tu cuñada, uf me voy a ...

... correr.

Me vacié en ella, estaba tan excitado que fue una corrida intensa y larga, sintiendo como hundiendo su cara en la cama ella se corría también.

Me salí de ella y viendo que ya del peinado le quedaba poco, la cogí del pelo y tirándola de mala manera al suelo.

-Déjala limpia gorda.

Y asi lo hizo, se la metió en la boca, aunque he de decir que no salió muy sucia, y empezó a chupar y a dejarla limpia.

-Susana. -Uf, como me pone verlo usar a estas guarras, amo, me corro

Y dando un grito se corrió, casi ahogando a su madre con su coño, pues la tenía agarrada con fuerza de la cabeza.

-Ahora haz lo que quieras gorda, ya no te voy a usar más, ya eres libre.

-Juani. -No, por favor, perdóneme (lo decía con lágrimas en los ojos), úseme como quiera, hare lo que me pida, por favor, pero no me eche.

Me gusto porque no me tuteo, me trato con respeto y entrega.

-Está bien gorda, por ahora te aceptare a prueba, ¿acataras todos mis deseos y órdenes?

-Juani. -Lo hare señor, gracias.

Susana seguía en el sillón aun recuperándose del orgasmo que le había provocado la situación y su madre, mientras esta última estaba aún en el suelo, sentada sobre su culo, abierta de piernas y masturbándose.

-Isa. -Se que no lo merezco amo, pero déjeme correrme por favor.

-Hazlo.

No había terminado la frase cuando empezó a correrse.

-Me voy a la habitación, necesito descansar, nos veremos en la iglesia, tendrás que volver a la peluquería, jajaja.

Por primera vez se ...