La maleta de Rocío
Fecha: 28/03/2018,
Categorías:
Fetichismo
Fantasías Eróticas
Autor: karlos7772, Fuente: CuentoRelatos
... llegamos al lugar de la comida bajaron del auto, se despidieron y no hicieron algún comentario de la maleta, así que me dirigí rápido a mi casa y solo tenía en mente la ropa interior de Roció. Entre rápidamente a mi recamara, coloque la maleta sobre la cama, me desvestí y para ese momento mi verga estaba tan dura y lubricada como pocas veces, pero sabía que tenía que disfrutarlo, no tendría otra oportunidad así en mucho tiempo, entonces sentí un hueco en el estómago y ese pequeña desorientación a causa de la gran excitación del momento, abrí lentamente la maleta y en la parte de arriba vi esa pequeña bolsa de malla, sentí entonces un pequeño escalofrió y ahí estaban, por fin a mi alcance, sus bikinis y brasiers sucios, antes tome algunas blusas que desprendían un suave olor a su perfume, pero no aguante más y fui directo a sus brasieres, había varios entre lisos, de encaje, de estampas, con o sin varillas, pero todos con ese delicioso olor de su perfume y algo de su sudor, comencé a masturbarme lentamente y saque el pequeño bulto para dejarlo sobre la cama, a pesar de no encontrar ninguna tanga mi corazón latía cada vez más fuerte al ir tomando sus bikinis uno por uno, comencé a olerlos y lamer el puente, después a ...
... rozar mi pene y testículos con mucho cuidado para no mancharlos, hasta que encontré uno que sabía era el indicado, era de color rosa y de encaje, de esos que no son tangas ni calzones completos, con unas pequeñas tiras a los costados, de los que cubren justamente la mitad de cada nalga y van bajando en forma de "V", rápidamente lo tome y busque el puente, lo mejor estaba ahí, vi unas pequeñas líneas blancas, de esas que todos sabemos son de sus fluidos vaginales, seguramente algo la había excitado al grado de lubricarla, lo que dejo ese regalo para mí en el puente del bikini, lo lleve a mi nariz y comprobé que no estaba equivocado, aun pude percibir ese penetrante pero delicioso aroma de una vagina lubricada por la excitación, comencé a masturbarme con más fuerza y justo ahí me perdí, lamí esas pequeñas líneas blancas como un enfermo queriendo probar un poco del sabor de sus fluidos, lo sentí, estaba ahí, ese ligero sabor amargo de la tela impregnada de toda su intimidad, y todo eso justo en mi boca. Sobra decir que aquel día eyacule como nunca, al menos unas tres veces más disfrutando de cada prenda sucia, desde ese día cada vez que veo a Roció me viene a la mente que una pequeña parte de su intimidad ya fue mía.