Enredos de cables - parte 10 - Relatos Eróticos

Enredos de cables - parte 10

... cambiando la pierna a cada soplido y su cara también, cada vez me iba acercando más y más a unión de ambas piernas y eso a ella la estaba poniendo totalmente cachonda, cara me comía con una mirada muy intensa. Cuando me quedaba poco para llegar a su coño noté que éste desprendía un calor tremendo. Rápidamente me arrodille delante de ella y la empecé a bajar los leggins, ella me ayudó levantando un poco el culo y dejando que el material sintético se deslizara hacia abajo, me aparté un poco hacia atrás y terminé de sacarle los pantalones.

Ella pensó que había terminado mi turno pero estaba totalmente equivocada, la quité el móvil de su alcance y me posicioné sobre ella con mis brazos apoyados en la manta y mi polla totalmente tiesa sobre su raja, automáticamente ella se tumbó sobre la manta y abrió por completo sus piernas. Yo empecé un movimiento de arriba a abajo con la punta de mi polla por toda su húmeda raja, eso hizo arrancarle algún que otro gemido tenue que poco a poco se fue acrecentando a la velocidad que yo aumentaba mi roce sobre sus labios. Llegó un punto que estaba tan mojada que y entraba de vez en cuando cada vez que hacía ese movimiento con lo que de una vez penetré en su cueva totalmente ardiente, ella gimió fuerte cuando notó toda mi polla dentro, en ese momento yo estaba en la gloria, me quedé quieto contemplando la cara de placer de Gema y justo cuando iba a empezar el movimiento de mete saca clásico, ella cerró las piernas sobre mi espalda dejándome muy ...

... poco espacio de maniobra. Su mirada estaba fija en mí y con esa mirada y ese movimiento de piernas comencé unas arremetidas que si hubiera sido una pared fina la habría atravesado como si fuera mantequilla. La penetré muy intensamente durante un buen rato, ella gemía como una loca desquiciada y yo contenía mi voz porque de haber gritado me habían escuchado en la Luna. Mantuve ese ritmo durante un buen rato, en mi vida nunca había pegado semejante empotrada a ninguna mujer y ella lo recibía estoicamente. Para acelerar su orgasmo levantó ligeramente sus caderas haciendo que mi polla entrase en contacto con su clítoris, en ese momento descargué toda mi leche y mis gritos en esa mujer, mientras yo iba a por la segunda descarga ella empezó a gemir y a retorcerse liberándome de sus piernas haciendo que por la humedad de coño mi polla se saliera fuera y parte del semen cayera en su pubis y en sus tetas. Caí rendido en la manta mientras mi polla seguía echando lefa que quedó en la manta. Gema por su parte usaba otra punta para limpiarse el pecho y el pubis del semen.

Nos quedamos como habíamos estado en el sofá, tirados el uno al lado del otro recuperando el aliento.

Está siendo la mejor noche de sexo que he tenido en mi vida. Le dije mirándola a los ojos

No te miento si te digo que nunca me han follado tanto tiempo y tan bien.

Yo tampoco. Y reímos al mismo tiempo.

Yo me volví a poner los pantalones y eché un buen trago de ron. Ella se puso sus leggins e hizo lo mismo ...