Un chapero con buena fortuna
Fecha: 16/06/2025,
Categorías:
Gays
Autor: El Manso Embravecido, Fuente: CuentoRelatos
... con la intención de masturbarlos. Pero de forma indirecta, ajena a su voluntad, aquello se iba pareciendo poco a poco a un par de gayolas, aunque de las malas.
Los maromos se iban turnando en sus posiciones. Cuando Jaime se metió la primera polla negra por el culo, no pudo evitar soltar unos alaridos de dolor. Pero a medida que los esfínteres anales se iban dilatando y adaptando al grosor de aquellas trancas, los alaridos de dolor se fueron transformando en aullidos de placer.
Así estuvieron un buen rato, como media hora (Jaime cabalgando el nabo de turno que tuviese debajo; empalándose por la garganta todo el rabo que pudiera del de enfrente; y sujetado a dos mástiles para mantener el equilibrio, no caerse, y poder coger impulso para follar mejor y con más fuerza).
En momentos como estos es cuando envidiaba a las mujeres por tener tres orificios y no solo dos. Así sería más llevadero el trabajo.
En esto, que el de abajo, que era otra vez el esloveno (después de un tiovivo de varias vueltas, pasando por culo, boca y manos), dice que se corre. Agarra a Jaime por la cintura, con fuerza, y se la calca todo lo que puede, para que los chorros de esperma le lleguen al mismísimo intestino delgado.
Al poco rato se desacopla y deja sitio al siguiente. Él decide ocupar el puesto de una de las agarraderas, para que Jaime siguiera teniendo dónde sujetarse y no caerse. Aunque esta última empezaba a mostrar cierta flacidez, para esta función a Jaime le servía.
La ...
... lechada del primero le sirvió al segundo como lubricante a medida que iba bajando por el recto y salía al exterior a través de la comisura de los esfínteres de Jaime. La lefa empapaba la polla y formaba un pequeño charco en los cojones del segundo maromo.
Una vez que este se corre también, dándole buenos empellones al culazo de Jaime, se desengancha dejándole el sitio al tercero. Este al ver que está saliendo esperma a borbotones del recto del mancebo, los recoge en la palma de la mano y se los da a beber. Jaime lame, como un perrito fiel, la palma de la mano de su amo. Cuando se la deja bien limpia y seca, el tercero decide que Jaime se ponga a cuatro patas. Este obedece y el norteamericano se la endiña, en dos estocadas, toda dentro de su ya enrojecido trasero.
Las arremetidas tan fuertes que le da casi lo hacen caer de bruces. Le coge del pelo. Le tira hacia atrás. Le escupe en la cara y le dice:
–Vas a quedar empachado de polla para una buena temporada. ¡Pedazo maricón!
Jaime sentía un fuerte escozor en el ano. Estaba deseando que se corriera, pero aún faltaba el cuarto. Cuatro pollas grandes y gordas como mástiles de un barco de alta mar. Todas ellas follándolo bien. Pensar en esto le seguía excitando pero su trasero le pedía un descanso.
El tercero por fin se corre. Aprieta su pubis con garra, en varias arremetidas, contra las nalgas del mancebo aniñado. Explota en una riada de esperma en lo más profundo de las entrañas de Jaime. El empotrador gime, jadea y ...