METAMORFOSIS 208
Fecha: 03/07/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Betelgeuse, Fuente: SexoSinTabues30
... niño que refiriéndose a su pene al verlo micciar lo tenía de buen tamaño, le preguntó al niño que si quería verlo, Venancio Alberto simplemente sacó una risa socarrona viendo el bulto que se había formado en el pijama de Asdrúbal que sin esperar respuesta puso su pijama a la altura de las rodillas, el muchacho joven se la había jugado así con el niño patrón mostrándole su pene juvenil velludo muy erecto, en aquel rincón la luz se acentuaba mostrando ese glande, le dijo que lo mire, le dijo que lo toque, que sabía que le gustaba, pues había visto hacerlo con el “niño” entenado de Ramón, que no se preocupe que guardaría el secreto de aquellos “juegos” con el “niño”, le dijo que lo sabía todo, Venancio Alberto escuchaba temeroso aquellas palabras de Asdrúbal que lo incitaba a que lo tocase, por un momento titubeó pero lentamente su manito derecha con sus dedos fue rozando levemente apartándola de súbito, demostraba así su recelo imperante, la mano de Asdrúbal toma la de Venancio Alberto llevándolo al pene acercándolo más, le decía que lo tocase de nuevo, en confianza, que no se preocupase, que lo sintiese así de tibio porque este “amiguito” quería “jugar” con él, que iba a sentir delicioso, Venancio Alberto recordó esas mismas palabras que le dijesen su iniciador Luciano de la Sierva, y con las palabras de Asdrúbal y al saberse descubierto de esos actos sexuales en los sitios que lo había visto Asdrúbal ya entonces cerró los ojos dándole la espalda al joven, sintió besos en ...
... su cuello, se hacía penetrante la respiración de Asdrúbal en su pelo y nuca, su piel era de gallina, los dedos de Asdrúbal recorrían la espalda del niño, le hizo dar unos pasos más hacia el rincón donde la luz de luna no podía reflejar las siluetas de los amantes, Venancio Alberto sintió por la espalda más de cerca la humanidad del joven cuyo bulto rozaba el trasero vestido, continuó dándole de besos en el cuello diciéndole al oído con voz entrecortada si deseaba seguir “jugando”, Venancio Alberto con temperatura elevada en su cuerpo y ese deseo de sentir y sentirse pleno de placer le expresa a Asdrúbal corporalmente que sí, lo hizo asintiendo, así de pronto sintió que la tela del pijama caía a sus tobillos de forma rápida, su traserito era manoseado y más abierto su traserito para sentir el roce del glande de pene por la separación de los glúteos, Asdrúbal estaba yendo más allá de lo que se podía permitir, pero notaba que a Venancio Alberto le gustaba, comprobaba esos deseos al sentir voluntariamente los movimientos de cadera del niño insinuando por desear sexo, Asdrúbal sonrió ante aquella actitud infantil, se pusieron el pijama y caminaron tomados de la mano hacia un lugar mayormente apartado de aquella casona de campo, de aquella estancia rural capitalina, caminaron hacia una pequeña caseta que contenía sacos, allí montaron un improvisado catre donde el niño se desnudó delante de Asdrúbal acostándose como el joven le pedía, abierto de piernas mostrándose el penecito que ...