Haciendo planes - Relatos Eróticos

Haciendo planes

... porque tu fuiste a él, no esperaste nada, es más, tu colocaste sus manos en tu trasero

- Tal vez si, no lo recuerdo, pero yo no me quite la ropa

- No, pero si se la quitaste a él, tienes su olor en todo tu cuerpo

- Pero recuerda que me metí a la ducha

- No se si te metiste a la ducha o solo entraste al baño, pero hueles a el

- ¿Cómo así a él? No puedes estar seguro porque no estuviste cerca mucho tiempo

- Sabes perfectamente que estoy en lo cierto, hueles diferente, no hueles a ti

- ¿Te gusta que huela así? Porque no es la primera vez que huelo a hombre

- Es diferente su olor y hasta el sabor

Dicho esto empezó a oler y besar mis senos y mi vientre, sabía a que se refería, era el olor a macho en celo que yo también olía, su sudor y probablemente también parte de su semen de la primera corrida se hubiera impregnado en mi cuerpo y tal vez no solo eso, lo mismo me pasó a mí, fue diferente a Adolfo, las sensaciones con él fueron mas allá, tal vez el deseo que el tenía por poseer a una mujer (si lo que me había dicho era verdad) además que su cuerpo provocaba entregarse a él y por su puesto la delicia de pene que tenía entre las piernas. El recorrido de los besos de mi pareja me sacó de mis pensamientos, pues sus besos habían llegado a mi clítoris y lo disfrutaba nuevamente, le pedí que parara por un momento, busque el juguete más grande de mi colección y lo quiso tomar.

- No, tu sigue con lo que empezaste y date la vuelta pásame tu culito

- Pero ...

... eso es muy grande

- Por lo mismo, tengo que ir preparándote para que el día que se haga realidad tu deseo estes listo para recibirlo.

El había usado varios plugs anales, pero lo que tenía en las manos era aún más grande que cualquiera de ellos, pero si aún mas chico del pene de Javier, a pesar de eso, estaba completamente dispuesto a todo, se puso en cuatro dejando sus nalgas al alcance de mis manos, moje el dildo con mi saliva y lo puse en su entrada posterior, solo un quejido de placer escuche de sus labios cuando entro casi la mitad en su interior, levantando aún más su trasero para que lo disfrutara, empecé a sacarlo para nuevamente volver a introducirlo, para la cuarta o quinta vez que repetí la operación lo recibía todo aferrándose a mis piernas mientras que gemía como una autentica zorrita. Lo hacía recorrer en toda su extensión, escucharlo gozar me provocó un delicioso orgasmo que le entregue en su boca, presionándolo con una de mis manos contra mi cuerpo y casi en forma instantánea sentir los chorros de su semen contra mis tetas, se había corrido sin tocarlo.

- Mira que zorra te has puesto, ven a limpiarme

No se lo dije dos veces, vino con su boca a limpiar su semen de mi cuerpo, después me beso para compartir su corrida en un apretado beso, disfrutando el dildo en su ano hasta el fondo.

- Definitivamente estás lista para que te haga suya – le dije por fin cuando nos separamos

- Lo deseo, quiero que me haga gozar como te hizo gozar a ti, quiero que ...