No sabía qué era esa humedad - Relatos Eróticos

No sabía qué era esa humedad

... compañera.

—Emi… mi niña… —me hizo regresar de las nubes mi tía cuando la escuché -el olor de tu cuquita es normal y bueno. Así que por ese lado no hay nada de qué preocuparse. Faltaría probarla a ver qué tal sabe… tú me dirás.

“Sí, por favor”.

—Tía, lo que usted considere conveniente…

“Dios, qué es este vacío tan divino”.

Xiomara había empezado a lamerme mi cosita con la punta de su lengua y se detenía a darme chupones en el botoncito rosado que empezó a ponérseme duro. Tiempo después supe que ese botón o campanita se llama clítoris.

Mi tía me abrió mucho más mis piernas con sus manos. Me recosté totalmente y me olvidé de la película. Ahora Xiomara trataba de entrar con su lengua en mi orificio y me miraba fijamente, mientras frotaba sus dedos en mi humedad.

Respiraba con fuerza, parecía estaba fuera de sí.

—Emi, te gustaría conocer mi cosita también, me preguntó.

Apenas asentí cuando ya se estaba quitando la licra. No tenía ropa interior ni tenía protectores diarios. Su cosa tenía menos vellos que la mía, pero era bastante gordita. Me gustó la fragancia que emanaba de su intimidad, me provocaba besarla y lamerla.

—Toca, me pidió. Me pareció que estaba muy caliente ahí abajo y cuando quité mis dedos, estaban más mojados de cuando entré al baño.

¡XIOMARAAAAA, AMOR YA LLEGUÉ!

continuará.