Caso sin sitular LX: resaca del año nuevo chino
Fecha: 29/08/2025,
Categorías:
No Consentido
Autor: AcechadorLD, Fuente: TodoRelatos
... asalto.
- Ufffff... qué delicia... ufffffff... qué gozada de boquita tiene la zorrita... uffff... la de tiempo que llevaba deseando hacer esto, jodida puta... ufffff... que golfa eres, cerda... uffffff... jodeeeer... uffff... qué bien entra... uffffff... jodida puuuutaaaaaaa.... uffff... ufffff... -bufaba Isidoro mientras empotraba una vez tras otra y tras otra su dilatadísimo y caliente miembro bien adentro de la boca de su subalterna.
- Ummmm... y cómo moja... ummmm... qué cerda... ummm... qué jodida golfa... ummmm... cómo le gusta a la muy puta... ummmm... está empapadísima la muy zorra... ummm... qué dulce néctar... ummm... cómo le gusta... ummmm... qué pedazo golfaaa... ummm... será zorra, la puta niñata... ummmm... qué riiiiicaaaa... ummmm... -intercalaba, entre lametones, el otro ejecutivo, comiéndole el coño con un ansia animal, a la vez que movía sus dedos a lo largo y ancho de su vulva, tomándola ya por completo y entremezclándose con los movimientos de una lengua y unos labios cada vez más voraces.
- Se me está poniendo dura... -comentó Herminio, el taxista jubilado de setenta años desde el asiento del conductor, removiendo su cuerpo y acomodándose mientras no dejaba de mirar la escena, bien por el retrovisor, bien girándose para mirar directamente, a la vez que se escuchaba el inconfundible sonido de unos pantalones liberando el cuerpo de abundante barriga que contenían y Alina no tuvo duda de que se estaría sacando la polla para cascársela mientras ...
... miraba cómo abusaba de ella en el asiento de atrás del taxi de su hijo- … y qué buena está la jodida...
Sin poder hacer otra cosa que palmotear a ratos, Alina estaba completamente a merced de esos dos maduros sin escrúpulos que la acometían por los dos lados, uno invadiendo su boca con una infladísima barra de embrutecida virilidad, penetrándola una vez tras otra y tras otra, a veces chocando su glande contra un carrillo... otras deslizándolo por su paladar hasta el fondo, otras empujando y aplastando su lengua... y otras llendo incluso más allá del fondo de su boca, hasta alcanzar a rozar su garganta, medio asfixiándola y generándole unas arcadas y toses que hacían saltar las babas desde su cavidad oral al exterior de una forma explosiva.
Por el otro, un baboso maduro no dejaba de repasar de lado a lado, una vez y otra, cada vez hundiendo más y más su lengua entre los pliegues de su, cada vez más hinchada y caliente y húmeda vulva, a la vez que lo alternaba con algunos besos y, por momentos, mordiscos en su descubierto clítoris, que también era estimulado y pellizcado por los obscenos dedazos, que también se movían por todo su coño, abriéndoselo y metiéndose por todas partes, incluso apretando y girando sus yemas alrededor del entrecerrado agujero que se escondía entre los labios vaginales y que daba acceso al premio gordo.
Era una situación tan agobiante que ni podía centrarse en un solo punto, desbordada por los inesperados acontecimientos y la bestial sexualidad con ...