Mi esposa se coge al perro pensando que estoy dormido - Relatos Eróticos

Mi esposa se coge al perro pensando que estoy dormido

Continuando con el relato anterior que descubrí a mi esposa cogiendo con el perro por todos sus agujeros y tragándose su semen, comportándose como toda una perra en celo. 
Una noche me despertaron unos ruidos que parecía que alguien se ahogaba con algo, me levanté ya que todo estaba en silencio y cuál fue mi sorpresa al bajar a la sala, mi esposa estaba dándole una buena mamada al perro, se la metía al fondo y no le cabía la bola, el perro embestia con fuerza y se vino en su boca, ella se metió sus dedos en su boca y comenzó a masturbarse como una loca, sus jugos comenzaron a salir y ella empezó a lamer su mano comiendo sus jugos y el semen del perro, estaba desnuda en el piso como una zorra. 
 Pensé que eso había sido todo cuando la vi levantarse del piso, desde donde yo estaba solo se veía oscuridad y estaba demasiado ocupada como para darse cuenta que estaba ahí viendo. Se levantó y saco una caja debajo del sillón, era un plug de cola de zorra, orejas, collar y pinzas para pezones. Se colocó el plug en el culo mientras gemía, las orejas y las pinzas en los pezones, ella gemía, era una completa perra ...

... en celo. Mientras todo esto pasaba el perro ya estaba en el piso queriendo dormir, pero mi esposa se arrodilló y comenzó a acariciarle la panza hasta llegar a su verga de nuevo, poco a poco la fue masturbando hasta que ya asomaba su verga roja y colgando líquido, ella de nuevo empezó su mamada y se la tragaba entera mientras se metía los dedos masturbándose, le puso las nalgas en la cara al perro y se alzo la cola, el perro la empezó a lamer toda su concha, ella gemía y parecía venirse a chorros, le dijo, ven papito tu perra necesita verga. El perro se encimo y ella agarró la verga con la mano, la dirigió a su concha y comenzó el mete y saca, ella gemía como perra, era follada de manera frenética y solo gemía que quería más y más, después de 10 minutos el perro la abotono y comenzó a llenarla de semen, se separó y solo el plop, de sus piernas escurrían jugos, agarro con su mano y se los llevo a la boca.
Decidí subir a la recámara haciéndome el dormido, sin saber cuántas noches ha estado bajando con el perro para follar. Sinceramente pienso ponerle un collar de perro y sacarla a follar como la puta que es.