EL BULTO DEL CURA
Fecha: 08/08/2024,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: ANTONIO, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
El padre Ernesto es un gran hombre y sacerdote, lo quiere todo el pueblo y aunque yo no me considero cercano a ninguna iglesia, debo confesar que desde que le vi el bulto al cura he comenzado a frecuentar la parroquia. Sucedió un día en que invitaron al cura a bañarse al río y aceptó, fuimos varios, el día estaba precioso. Llegamos hasta el río y allí nos quitamos las ropas para quedar sólo en bañador, el cura hizo lo mismo y entre risas se lanzó al río, íbamos sólo hombres, pues el cura había sido bien riguroso en que no hubiese mujeres para no tener algún tipo de problemas con la iglesia. Nos bañamos toda la tarde y en un momento dado el cura se sentó a mi lado y pude mirarlo mejor, era realmente atractivo, una piel blanca con harto pelo en el pecho y piernas, no sabía como hacía para tener ese cuerpo si se lo pasaba en misa o rezando, tenía sobre los 40 años, pero siempre estaba rodeado de jóvenes como yo que teníamos entre 20 y 25 años, todos los que fueron ese día parecían hipnotizados por el cura y pude notar que Ignacio que tenía novia y no paraba de contarnos, cuando no estaba el padre Ernesto, todo lo que le hacía a su novia, lo miraba demasiado, cuando el cura se iba a las aguas la mirada de Ignacio lo seguía y cuando el padre volvía a recostarse cercano a nosotros Ignacio lo recorría con la mirada. Yo también estaba embobado por ese macho, mi gusto por los hombres casi era una fantasía pues no había estado con ninguno, aunque esa noche después del río me masturbe ...
... hasta cansarme recordando al cura con ese cuerpo, me recordaba sobremanera como se le notaba el bulto cuando salía del río, él trataba de acomodárselo para no incomodarnos, pero era imposible, su bulto se marcaba nítidamente como colgaba y sobresalía entre sus piernas, yo no hacía mirar como se balanceaba ese bulto mientras el padre Ernesto caminaba hacia nosotros, pero no era solamente yo quien lo miraba, Ignacio no despegaba su vista e incluso se pasó la lengua disimuladamente por los labios mirando al cura.
Así comencé a ir a la parroquia a conversar con el cura, a ayudar en algo a simplemente mirar a ese bello hombre que me tenía las hormonas revolucionadas. Una tarde llegó Ignacio con una pelota de futbol y el cura y varios más comenzaron a jugar, a mí me gustaba mucho el futbol, pero preferí quedarme sentado mirando a ese grupo de machos corriendo sólo con pantalón corto y zapatillas detrás de una pelota, estaba mojado mirando ese bello espectáculo, estaba mojado, Ernesto corría tras la pelota, pero Ignacio salió al paso y un mal movimiento los hizo caer a los dos al piso, reían, Ignacio lo cogió de la cintura a Ernesto y se pusieron de pie sin soltarse, me pude dar cuenta como Ignacio acariciaba la espalda del cura disimuladamente. No aguanté y me fui al baño a pajearme, en un instante me corrí abundantemente. Más tarde todos se fueron a sus casa, excepto Ignacio y yo, ambos casi ni se daban cuenta que yo estaba ahí, conversaban y se reían, por cualquier cosa Ignacio ...