Laura, mi ex cuñada. Segunda parte
Fecha: 01/04/2018,
Categorías:
Confesiones
Fantasías Eróticas
Autor: Alexander0022, Fuente: CuentoRelatos
... unos 15 minutos, mucho para mis ganas, pero cuando Laura volvió, créanme que cada minuto valió la pena. Estaba increíblemente porno. Con una calza engomada, negra, las botas cortas con tachas que me había mostrado en las fotos, los tacos eran más altos de lo que se veían, Una top azul que apenas tapaba que hacía saltar sus senos por el tremendo escote que tenía y una gorra azul de Yamaha. La marca de mi moto. Yo estaba extasiado mirando, sentado en el sofá. Ella se acercó a mí. -¿Te gusta?-. –Es lo que conseguí-. Me dijo con voz de putita. Dándose la vuelta para mostrarme como se veía de atrás. Sus nalgas resaltaban con la calza apretadísima. -¡Estas increíble!- Le dije. Laura fue hasta mi moto, tome mi teléfono y comencé a sacarle fotos, mientras ella posaba como una verdadera promotora. Mi erección era tremenda. Se subió con cuidado arriba, puesto que mi moto es cross y bastante alta. Yo seguía tomando fotos sin parar. No podía dejar pasar la oportunidad de documentar todo. Ella me llamo con el dedo y con la mejor cara de puta. Deje mi teléfono en el sofá y me acerque a disfrutar de ese regalo que me habían preparado. La bese intensamente, mientras una de mis manos se dirigió a su cola. El tacto era espectacular, sentir lo engomado de la calza me gusta. Toque sus piernas, su abdomen y subí hacía sus senos. Ella estiró su mano y masajeó mi bulto, que en ese momento estaba durísimo. Me incline a besar la parte que quedaba descubierta de sus senos por el escote, ella no ...
... tenía corpiño, puesto que metiendo la mano podía sacar sus senos desnudos. Besé sus pezones y me devoré con apremió todos sus dos pechos. Ella gemía y se retorcía mientras lo hacía. Metí de vuelta sus senos en el top, la ayude a bajarse de la moto, Laura apoyó sus brazos sobre el asiento, sacando su cola hacía atrás para mi, que estaba detrás de ella. Bese sus nalgas por sobre la calza, las acariciaba, haciendo lo mismo con sus piernas. Me arrodille de manera que su cola quedo frente a mi cara, de a poco comencé a bajarle la calza, mientras lo hacía surgía una tanga azul, un triangulito espectacular que dividía sus nalgas blancas y grandes. Besé ahora ya su cola descubierta, con intensidad. -¿Dónde está tu pote de aceite?- Le pregunté deteniéndome - En mi pieza- Me dijo. Me dirigí a su pieza rápidamente. Encontré el pote de aceite de bebé que Laura tenía. Volví y me arrodille nuevamente frente a su cola. Destapé y eché un poco sobre sus nalgas, esparcí comenzando a masajear sus nalgas. Ella seguía quietita con sus brazos apoyados sobre el asiento de mi moto. Corrí su tanga y comencé a besar su vagina, mi lengua recorría la extensión de sus labios vaginales. Laura suspiraba. La estaba torturando, desquitándome de lo que me había hecho la última vez. Yo no dejaba de masajearle las nalgas que brillaban por el aceite. Sus palabras interrumpieron la tortura que le estaba propiciando. -¡Metemela!-. - ¡Por favor cuñadito, no aguanto más!- me dijo Laura. Yo tampoco daba más, ya quería ...