Sexo a orillas del mar
Fecha: 02/04/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Raise, Fuente: CuentoRelatos
... mejor de los inciensos. Entonces fue mi turno; le dije que se tendiera en la toalla boca arriba, y la recorrí con mi lengua de arriba a abajo, con deleite, saboreándola, dándole suaves bocaditos aquí y allí al tiempo que mis manos la recorrían con dulzura y con suavidad, relajándola y excitándola a la vez; mientras, ella, con los brazos extendidos a los lados del cuerpo, daba algunos gemiditos de placer y decía algún "así" o "sigue amor" o algún "me encanta". Después de un excitante masaje en los pies, que también bese, lamí y mordisquee, le entreabrí las piernas, regalándome la vista con un hermoso sexo de grandes labios oscuros y carnosos que se habrían mostrando la puerta, el umbral de los misterios, del placer y del amor; y aunque el bello oscuro era abundante en el pubis, en las ingles y a los lados del sexo habían sido cuidadosamente quitados, así que no me lo pensé y me entregue al hermoso trabajo de saborear los jugos de la más deliciosa de las frutas. Deslizaba mi lengua a lo largo de sus labios, me ...
... detenía en su clítoris donde con un ritmo constante lamia como el tigre que bebe agua en el margen del rio; después de esto, volvía a recorrer sus labios, los abría con delicadeza contemplando la gloria y el esplendor y mordisqueaba sus ingles; volvía a lamer, primero lento y luego aumentando la velocidad; mi lengua volaba sobre su clítoris como el águila que baja en picado para caer sobre su presa, y mi dedo corazón, introducido en su vagina, no paraba de entrar y de salir; a todo esto, ella, que no paraba de acariciarse los pechos, gemía, murmuraba y disfrutaba completamente entregada al placer y al bienestar que yo le proporcionaba. Y como llega la primavera después del invierno y explota en colores, luz y vida, su orgasmo también llego, y se convirtió en huracán y la elevo, la recorrió, la hizo gritar, la llevo hasta la dimensión del éxtasis y luego, con la suavidad con la que cae una hoja de un árbol, bamboleándose en el aire hasta la tierra, la dejo de nuevo allí tendida, extasiada y feliz de estar viva.