Pasillos cómplices - Relatos Eróticos

Pasillos cómplices

... imaginarte, con una venda tapandote los ojos, completamente ciego, atado a una silla, en la que finalmente a unos centimetros de tí, tu esencia líquida llena mi boca, tus gemidos llenan toda la habitación, tu entrega es completa Al separarme de ti, puedo contemplar tu estampa en aquella silla atado libre de mente, deambulando entre la ansiedad y la confianza, entre las ganas y el placer. Tus muslos permaneciendo entreabiertos dejando asomar los brillantes liquidos blancos que nos hacen felices, es la recompensa que tenemos los hombres. Todo lo envuelve un ruidoso silencio que lograba que cualquier sonido tomase una inusitada dimensión, como el roce de tus piernas contra la madera de la silla, o mis pisadas dando vueltas en torno a ti como león acechando su presa.puedo escuchar claramente cada milímetro del paseo de tu lengua por tus secos labios intentando mitigar esa sequedad provocada por tu ansia de más. Siento tu cuerpo conversar con mi mente susurrándo entre ellos ideas de qué hacer contigo, cómo complacer y evadirte del mundo real, a pesar de tu ceguera, estoy seguro de que sientes mis miradas, mi inmersión por los senderos de tu piel, por las pendientes de tu cuerpo... ¿Sientes mis letras aún? -las siento, me estoy tocando otra vez, tus letras me llegan muy adentro, estoy descontrolado y sin posibilidad de gemir en libertad -Me gusta lo que oigo, es muy satisfactorio para mi -. Se sentìa satisfecho y prosiguió con su relato -Me acerco hasta la mesa dispuesta para ...

... los dos y tomo algunos cubitos que hay en una cubitera con mis manos, siento como el silencio que hay detrás de esto centra toda tu atención y respiras con tensión en busca de más pistas que te adelantasen qué iba a hacer yo contigo ahora, No obtienes más información salvo mis lentos y seguros pasos cada vez más próximos a ti. Me detengo a centímetros de tu cuerpo, que emana calor de deseo en vapores que llenan mis pulmones de tu olor -Takeru... AH… Takeru... -Dime -. No le importó que Ken le cortase la inspiracion si era para algo bueno -Quiero correrme, no aguanto más, mi cuerpo es consciente de tus reacciones, estoy de rodillas en el suelo, entre sudores, queriendo soltar lo que tengo dentro, haz que me corra porfavor, deseo liberarme -Mmmm que desesperadito me gusta, entonces dime ¿sientes el olor como te envuelve? -Lo tengo casi en mis manos… Ah… Mmm... mi respiracion entrecortada no me deja hablar, no puedo más -No hables, dejamelo todo a mi, pruebate y dime a qué sabe. -Tengo un hilo fino entre mis dedos -¿Está tibio? -Sí -¿es abundante? -Sí... AH... -¿te gusta? Lo único que escuchaba eran gemidos débiles y respiraciones fuertes -Dime qué te gusta y hazlo de nuevo A esas alturas Ken no tenia otra cosa que obedecer - Estoy tenso, no puedo hablar, esta sensacion de romperme... AH... AH... -No hables, solo escúchame, solo gime... solo habla para estás preguntas simples, Ya viene ¿verdad? Gemidos y frotaciones es lo que podía escuchar Takeru -Lo puedo intuir, abre más tus ...