1. La chica del bañador amarillo


    Fecha: 03/04/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    La había visto ya varias veces por esa piscina. Una mujer alta, bonita, con un cuerpo fabuloso. Se notaba que era consciente de las miradas que atraía. Y encima con ese cuerpo enfundado en un bañador amarillo claro. Era raro que ningún hombre o alguna mujer no le quitase la vista de encima e incluso alguno mas la mirase de espaldas hacia su hermoso culo, cuando ella se daba la vuelta. Yo, para que mentir, también me había fijado en ella, pero desde la seguridad que hace que una mujer como esa nunca se fijaría en ti. Después de un mes de vacaciones en la playa volví a esa piscina. No esperaba verla de nuevo por allí, ya casi a finales de agosto, pero allí estaba, tumbada en una hamaca y con su eterno bañador amarillo. -¡Hola! ¿Qué tal? Me dijo. -Bien. Respondí yo sorprendido. No había nadie más delante de ella en ese momento, así que solo podía dirigirse a mí. -Veo que sigues por aquí a estas alturas del verano. Como yo claro, jeje. Su risa me fascinó tanto como su cuerpo. -Claro, le contesté. Me gusta apurar el verano hasta el final. -Y a mi, ya estoy muy bronceada pero aun así me gusta tostarme un poco mas. -¿Cómo te llamas? Me preguntó. -David me llamo… ¿Y tú? -Sofía. -Encantado Sofía. -Igualmente David. -Veo que ya casi nos hemos quedado solos. -A estas horas si, ya casi están a punto de cerrar. -¿Te apetece tomar algo en el bar? Me dijo Sofía. -Pues si claro, le dije. Si una mujer así habla contigo y luego te invita a tomar algo, hay que estar tonto para decirle que no. ...
    ... Después de una pequeña charla y tomar un par de refrescos, me confesó que no bebía alcohol, acabamos despidiéndonos. -¿Vendrás mañana? Me pregunto. -Pues creo que si, por aquí estaré. Nos despedimos y no pude evitar volverme a mirar su culo. Ya que en el bar no pude fijarme en sus tetas… ¡Vista al frente! ¡A sus ojos! pensé, no le mires las tetas, no le mires las tetas, pues ahora me recreé en su cuerpazo de espaldas. Cuando llegué a las duchas tenía una erección de caballo y no puede aguantarme, me la casqué allí mismo y dejé que el semen saliera a chorro. Me aguanté el placer que sentía para no gemir por si acaso algún despistado seguía aún por allí. El día siguiente amaneció nublado y temí que lloviese y no pudiera ir a la piscina. A las 6 de la tarde el día seguía nublado pero me presenté allí esperando ver a Sofía, la chica del bañador amarillo. Al entrar en la piscina me llamó desde su hamaca. ¡Hola! ¡Uf! estaba increíble, aunque la había visto solo hacia un día me parecía más guapa aunque el día anterior. -Ven aquí guapo, me dijo. Creo que ya sabía por dónde iba. -¿Qué tal Sofía? -Muy bien. Se acercó a mi oído y me dijo: ¿Sabes? me pones a cien. -Tengo que confesarte que tú también a mí. Estás muy buena y ayer no pude evitar hacerme una paja pensando de ti después de irte. Después de irte tu, me fui yo, jejejeje. -Que malo eres, jejeje. Bueno he pensado que hay por ahí un rincón solitario donde tu y yo podríamos ya sabes, conocernos mejor. -Vale, pero tengo que decirte ...
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