Duro trabajo
Fecha: 05/04/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... y hablaba, mientras que se levantaba y escribía en la pizarra, borraba, se sentaba y volvía a levantarse para escribir algún esquema o idea, todo esto durante las tres horas. Cuando ya casi habíamos establecido la idea inicial sobre la que versaría la campaña paramos para descansar: - Uff, ¡qué calor! - dijo Tamara mientras se sentaba sobre la esquina de la mesa por el lado en que yo estaba sentado. - Si, la calefacción debe estar muy alta - respondió Juan. - Cierto. Entonces no os importará que me quite las medias - dijo ella mirándome. Ninguno de los dos dijimos nada, tan solo nos miramos, aunque creo que eso fue como decir que por supuesto que no nos importaba porque ella levantó sus largas piernas y comenzó a bajar sus medias. Para ello primero subió un poco su minifalda y soltó su liguero, lo que me permitió ver un poco más de sus muslos y parte de lo que me parecieron sus bragas pero que luego pude ver que era un tanga. Nosotros no podíamos dejar de mirarla mientras deslizaba sensualmente sus medias negras a lo largo de sus piernas. Todo el mundo estará de acuerdo en que ver a una mujer quitarse las medias es excitante y si además ella lo hace bien y con un poco de teatro mejor. Tamara en esto era insuperable. Una vez hubo terminado, se giró y colocó sus pies sobre el apoya brazos de mi sillón. - Estoy agotada, estos zapatos me han destrozado los pies. ¿te importaría darme un masaje? - No por supuesto - dije yo al tiempo que le cogía sus pies y les daba un masaje. ...
... Ella me miraba con sus ojos verdes medio tapados con su melena rubia que le caía por delante mientras humedecía sus labios con la punta de su lengua. - Se que es mucho pedir, pero ya puestos y habiendo confianza, tu Juan podías darme otro masaje en mis hombros, si no te importa claro. Antes de que hubiera terminado su frase Juan ya estaba a su lado dando masaje a sus hombros. - Súbete a la mesa y así alcanzarás mejor. Prometo no reñirte por subirte en una mesa de la oficina.- dijo sonriendo con picardía. Juan le hizo caso y se subió en la mesa detrás de ella. - Ummm, es fantástico. Pero todavía hace demasiado calor, estoy ardiendo... Cuando acabó de decir esto desabrochó los botones de su blusa y la abrió ante nuestro asombro dejando a la vista un sujetador de color blanco, con su pechos redondos aprisionados y seguramente con ganas de salir libres. Me extrañó ver que su ropa interior era de distinto color, supongo que el sujetador era blanco para evitar que se trasparentara en su blusa, aunque también podía ser un capricho o una manía. Inmerso en mis pensamientos no me di cuenta que ella había separado sus piernas y las había colocado sobre mis hombros, de manera que sus muslos quedaban pegados a mi cara y podía ver su diminuto tanga de color negro que apenas cubría su coño dejando ver a su alrededor algunos pelitos rubios. Juan seguía dándole un masaje, aunque sus manos comenzaron a deslizarse bajando por delante de su cuello en dirección a sus pechos. En mi situación no pude ...