1. Móviles -5


    Fecha: 06/04/2018, Categorías: Dominación Autor: perrofiel, Fuente: CuentoRelatos

    ... mostrarte sumisa y complaciente, aunque eso ya lo sabes. Ya ves que poco a poco se está redirigiendo tu vida. Te estás convirtiendo en lo que eres en realidad. En tu propio círculo laboral, en el que pronto todos van a saber de ti y de tu condición de putilla al uso, sin posibilidad de defensa ni de negación. Sentirás la sublime humillación que tanto deseabas, incluso en cosas y situaciones que vienen solas y que no pienso impedir que pasen. Son parte de tu entrega y de mi dominio, de tu pérdida de ser decente. Te excitaras y sentirás humillado solo con pensar que no sabes lo que te espera cada nuevo día. - Si Señora - asiento excitado, sometido a Su voz, a cada una de Sus palabras, a Su poder, a Usted. - Te voy a anticipar algo flor. Iba a ser una sorpresa, pero te lo anticipo. ¿Te sientes seguro cuando llegas a casa? - Señora, si, aun cuando estoy observado en todo momento, cuando cierro la puerta pienso que estoy seguro. - Bien. Hazte a la idea de que tu vida domiciliaria también puede cambiar. Sé que te gusta. Pero a mí también. Esa tranquilidad también puede cambiar y lo hará. Vas a estar en todo momento haciendo cambios en tu rutina como ser decente. Vas a ser del dominio público, vas a aflorar como lo insignificante que eres en todos los aspectos. La humillación va a vivir constantemente contigo. Muy pocas personas son las que no sabrán de tu forma de vida, de que eres mi sumiso. Pero eso ya lo hablaremos. De momento, ve haciéndote a la idea - unos segundos de ...
    ... silencio -. Y disfruta de tu día. En ese mismo instante entran dos hombres. Sus voces les delatan. - Vamos a ver esa sorpresa. - Si, ya me dirás qué sorpresa puede haber en un lavabo. Se abre la puerta del reservado donde estoy, accionan la luz y allí aparezco, ante ellos, atado, inmovilizado, con los ojos vendados. - No busques más, aquí está la sorpresa - tampoco hay mucho sitio más donde buscar, aunque la puerta del otro reservado se cierra. - ¿Qué haces aquí? Menuda pregunta. No respondo, la vergüenza hace que toda respuesta lógica no aparezca, que las palabras queden mudas en la garganta. - Supongo que tal como estás podemos divertirnos un rato contigo. - Solo hay una forma de saberlo - dice el otro ante la ausencia de respuesta -. Es una pena que así atado no podamos follarle. - Jajaja. ¿Tienes ganas de follar?, porque se me ocurre otra forma que puedes hacerlo - mientras habla oigo la cremallera que adivino del pantalón y lo que imagino ropa y deslizándose por las piernas. No sé qué van a hacer exactamente, sospecho que llenarme la boca de polla. - ¡Serás cabrón! ¡Cómo te gusta provocar! Pero tu culo ya lo he probado. Me apetece otro. - Y a mí, pero yo diría que este no vamos a poder probarlo hoy. - ¿Quién dice eso? - Si está así es porque alguien lo quiere así. Mejor no moverlo. Pero se me ocurre algo - otra cremallera y más ropa deslizándose por las piernas -. Aquí tienes culo. Ya sabes, hasta el fondo. Unas manos se apoyan en mis hombros mientras oigo unos jadeos, cortos ...
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