Mi ahijada Andrea. 5
Fecha: 12/04/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: vicioso69, Fuente: SexoSinTabues
... sacrificando para agradarme a mí. No, espera. Quédate quieto y déjame a mí. Yo no movía ni un pelo, pero no podía evitar que mi polla palpitara de vez en cuando por la excitación que tenía. Le dije que se masturbara y se relajara y ella empezó a hacerlo y un ratito después su esfínter se relajó y de nuevo volvió a empujar hacia atrás, consiguiendo que mi polla fuera entrando poco a poco, ya con más facilidad, hasta que toda estuvo dentro de su ojete. ¿Falta mucho?, me preguntó. La tienes toda dentro, cariño. Menos mal, pero no te muevas hasta que yo te lo diga. No te preocupes nenita, no me moveré, pero no dejes de masturbarte. Nos quedamos en esa posición, yo pegado a ella por detrás con mi polla dentro de su culo sin moverme ni un milímetro para no lastimarla, mientras acariciaba sus pezones y Andrea masturbándose con los dedos. A medida que pasaba el tiempo notaba como la presión de su esfínter sobre mi miembro iba disminuyendo y Andrea se iba calentando más y más, hasta que ya no sentí más que una ligera presión al inicio de su ano. Me dijo: Prueba a ver, pero despacio. Como la tenía toda dentro empecé a sacársela muy lentamente hasta la mitad y volví a empujar igual de despacio hasta que de nuevo la tuvo toda dentro. Andrea no se quejó y seguí con el mete-saca mientras ella seguía masturbándose. Con cada envite aumentaba el recorrido dentro de su culo hasta que llegó el momento en que se la sacaba casi toda, sólo dejaba dentro la mitad del glande y volvía a empujar ...
... para enterrársela profundamente de nuevo. Volví a ponerme gel en toda la verga y continué follándola cada vez más deprisa. Me detuve con toda mi polla dentro y le dije: Vamos a ponernos a cuatro patas que disfrutaremos más, pero despacio para que no se te salga. Nos movimos despacio y conseguimos ponernos a lo perrito. Doblé la almohada y le dije que se apoyara la cabeza en ella, que estaría más cómoda. Así colocados la sujeté de las caderas y continué taladrando su culito que cada vez se notaba más relajado. Yo nunca pensé que llegaría a follarme a Andrea por el culo, por eso mi excitación era casi dolorosa y ella daba pequeños gemidos muy distintos de los del principio, lo que significaba que estaba disfrutando. Le pregunté: ¿Te hago daño? No, apenas me molesta. Me da mucho gustito. Ahora si estamos follando de verdad, eres mi putita. Dime cositas guarras. Me gusta mucho que me folles y que me eches toda la leche dentro del culo, me dijo entre jadeos. Con las dos manos la sujeté por las caderas para controlar la penetración haciendo que mi polla entrara todo lo posible en su culito para después sacársela casi del todo y volver a empujar hasta clavársela toda de nuevo. Al principio se lo hacía despacio sintiendo el roce del interior de su ojete cuando mi polla entraba o salía de su agujero, pero poco a poco fui acelerando el ritmo, aunque de vez en cuando, para evitar correrme, me quedaba quieto con mi verga metida hasta el fondo. Me incliné hacia adelante y agarré sus tetas ...